Las Salpas: Esas pequeñas bolitas que has visto en la playa
No son pequeñas medusas, ni plásticos, ni ningún vertido. Son salpas.
Las salpas son unos invertebrados casi transparentes y gelatinosos, inofensivos, que se pueden confundir también con medusas, pero que no lo son. Se pueden ver principalmente en el Mediterráneo, a finales de primavera y principios del verano, pero también en el Cantábrico cuando la temperatura del mar es más cálida.
Son hermafroditas y su forma de reproducción es la alternancia generacional. Es decir, combinan una fase asexuada con otra sexual. En la primera, se reproducen clonándose y en la segunda, a través de gametos femeninos y masculinos Se multiplican muy rápido.
Son de la familia de los tunicados. Se desplaza por contracción, bombeando agua a través de su gelatinoso cuerpo. La salpa fuerza el paso del agua bombeada a través de sus filtros alimentarios internos, alimentándose del fitoplancton que filtra del agua.
Cuando abunda el fitoplacton, su comida, las salpas producen rápidamente clones, que recogen el fitoplancton y pueden crecer a un ritmo que es, probablemente, más rápido que el de cualquier otro animal multicelular, eliminando rápidamente el fitoplancton del mar.
“Es una suerte que tengamos salpas. Tienen un papel y función muy buena para el ecosistema. Son capaces de alimentarse de bacterias, fitoplancton y pequeñas larvas de zooplancton, atrapan el carbono en éstos compartimentos del ecosistema en forma de pelotas fecales que pesan más y acaban yendo al fondo. Secuestran así el carbono”, explica Laura Prieto, doctora en Ciencias del Mar e investigadora en el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía en Cádiz (CSIC).
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