Tres surfistas fallecen en incidentes separados en Puerto Rico y Australia
El mundo del surf vuelve a teñirse de luto tras conocerse la muerte de tres surfistas en los últimos días, en circunstancias distintas pero igualmente trágicas: uno en Puerto Rico, en la ola de Tres Palmas, y otro en Australia, frente a la costa de Melbourne.
El primer suceso ocurrió el miércoles por la noche frente al muelle de Frankston, en el sur de Melbourne (Australia), mientras una fuerte tormenta azotaba la región con vientos de hasta 130 km/h. Según informó la policía local, un surfista británico de 36 años, residente en la zona, decidió entrar al agua a pesar de las condiciones extremas. Su tabla se rompió, y poco después comenzó a tener dificultades para mantenerse a flote.
Su amigo, un hombre de 43 años, se lanzó al agua al ver que el surfista estaba en peligro, intentando rescatarlo entre las olas agitadas.
“El surfista estaba claramente en apuros. No tenía mucha experiencia y su amigo trató de ayudarlo”, explicó la inspectora de policía Melissa Nixon.
Un helicóptero de rescate consiguió sacar a ambos del agua, pero ninguno pudo ser reanimado. Las autoridades australianas recordaron la importancia de no entrar al mar en condiciones peligrosas, especialmente durante tormentas de gran intensidad como la que afectó a Victoria esa noche, dejando miles de hogares sin electricidad y árboles caídos por todo el estado.
La segunda tragedia se vivió en el Caribe, donde el surfista Bobby Oldsman, de 72 años, perdió la vida mientras surfeaba un sólido swell de 3 a 4 metros en Tres Palmas, uno de los picos más potentes de Rincón, Puerto Rico.
Testigos relataron que Oldsman fue golpeado, posiblemente por su tabla o por el arrecife, quedando inconsciente antes de ser sacado del agua por otros surfistas. Una ambulancia lo trasladó rápidamente al hospital, pero fue declarado muerto a su llegada.
El fotógrafo local Darren Muschett, amigo y testigo habitual de las sesiones en Rincón, recordó con emoción al veterano surfista:
“Bobby llevaba viniendo desde Massachusetts cada invierno durante los últimos 15 años. Tenía casa aquí, surfeaba todo, desde Domes hasta Tres Palmas. Era amable, humilde y querido por toda la comunidad.”
Pese a su edad, Bobby era un surfista experimentado y respetado en los días grandes. Su pérdida ha conmovido profundamente a la escena local de Rincón.

Del primer caso no hay mucho más de lo que ya se haya dicho otras tantas veces.
ResponderEliminarDel segundo se puede decir que ha muerto con las botas puestas, haciendo lo que más le gusta.
En fin, DEP.
descancen en paz
ResponderEliminarVaya por delante que lamento la muerte de ambos surfistas, pero no puedo entender que narices hace alguien intentando surfear con esas condiciones en Australia. Una cosa es meterse en una ola surfeable pero por encima de tus posibilidades y tener la mala suerte de golpearte con la tabla o el fondo, y otra es entrar en ese revoltijo que claramente no te puede dar ni una ola buena. Maldita la gracia para el amigo que intenta ayudarle.
ResponderEliminarUn grande Bobby Oldsman, falleció rodeado de grandes olas donde siempre hubiera querido fallecer. Ha vivido mejor que muchos haciendo lo que le gustaba. Y los otros dos vaya tela metiéndose con un corcho en un mar desfasado como estaba.
ResponderEliminarEn ambos casos, imprudencias.
ResponderEliminarQEPD
En el fondo, cuando surfeas estás cometiendo una imprudencia siempre, incluso con medio metro te puedes partir el cuello y quedar en una silla de ruedas. Siempre será una actividad de riesgo, como tantas otras que existen.
EliminarPero bueno, lo de los autralianos no tuvo demasiado sentido, vistas las condiciones. Lo de Bobby Oldsman, es otra cosa, vivir intensamente hasta las últimas consecuencias.
con 72 años y pillando esos olones! mantenerse en forma y mantener la pasión, ojalá llegue yo a esa edad con la misma actitud, modelo a seguir, DEP
ResponderEliminarUno murió porque su amigo era un kook y entró en unas condiciones incompatibles con la vida. El segundo otro kook. 72 años bo son 20 años. Mucho insensato hay por ahí últimamente.
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