El último tropiezo de Andy Irons

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El pasado lunes leí un interesante artículo sobre Andy Irons, sobre su ascenso en el surf de competición y sus constantes caídas en la vida hasta que ya no pudo levantarse.

Algunos se preguntarán por qué tiene tanto interés el cómo o la razón por la que Andy Irons murió solo en una habitación de hotel en medio del desierto. Esta historia de excesos, de manipulación por parte de las compañias de surf donde solo importan los beneficios y no las personas, se podría repetir. Si la muerte de Irons sirve para que las ASP empiece a realizar controles antidoping a los surfistas, para que las empresas no traten como a muñecas de trapo a sus surfistas, para que nos demos cuenta que hay veces que el éxito no trae la felicidad, quizá, solo quizá, la muerte del hawaiano no haya sido en vano.

Esta es la traducción:

EL ÚLTIMO TROPIEZO DE ANDY IRONS

Cuando el tres veces campeón del mundo Andy Irons fue encontrado muerto el pasado 2 de Noviembre, en la habitación de un hotel de Dallas, la noticia repercutió más allá de los seguidores de este deporte. Ese día tuvieron lugar unas cruciales elecciones en los Estados Unidos, pese a ello el término más buscado en Internet ese día fue el de una persona que nada tenía que ver con la política: Andy Irons. Su fallecimiento fue cubierto por cientos de medios de comunicación de todo el planeta, una medida clara del impacto que Irons tuvo durante su carrera impresionante deportiva.

Lo que no estaba tan claro es qué lo mató. Dos días antes de su muerte, Irons, de 32 años, se había retirado del Rip Curl Search Puerto Rico, una prueba del WCT, cerca de Isabela, Puerto Rico, optando por volar a su casa, en Kauai, Hawaii, para estar con su esposa, Lyndie, que estaba embarazada de ocho meses de su primer hijo, un niño. Durante una escala en el aeropuerto de Dallas/Fort Worth en la mañana del 1 de noviembre, Irons perdió su vuelo de conexión a Honolulu y en su lugar se alojó en el hotel Grand Hyatt DFW. A la mañana siguiente no respondió a las llamadas para despertarse así que los empleados del Hyatt, preocupados por si algo andaba mal, entraron en la habitación y descubrieron el cuerpo sin vida en la cama.

La familia Irons, junto con su principal patrocinador, Billabong, rápidamente emitió un comunicado diciendo que el surfista "estuvo luchando con la enfermedad del dengue", una enfermedad transmitida por mosquitos que habría contraído el pasado octubre durante una prueba de la ASP en Peniche, Portugal. Desde el principio, sin embargo, la explicación de que la fiebre del dengue fuera el único culpable parecía poco probable. Varios surfistas padecieron la gripe después de Portugal, pero no se presentaron pruebas médicas que Irons había contraído dengue, que es fatal para el 1 por ciento de las personas a las que afecta. "He tenido la fiebre del dengue", ha declarado un surfista profesional que conocía a Irons. "Y no mueres de eso a menos que estés en un país del Tercer Mundo."

Todavía no se sabe lo que mató a Irons, solo se sabe que había estado tomando medicamentos (con receta médica) en sus últimas horas. El médico forense del condado de Tarrant realizó una autopsia el 3 de noviembre, pero la causa de la muerte no hará pública hasta tener el informe de toxicología, a principios de diciembre. Cuando la policía registró la habitación del hotel de Irons, encontraron dos botes etiquetados: Uno era un medicamento contra la ansiedad, Xanax, y otro era Ambien, un medicamento para ayudar a dormir. En el informe publicado por el Honolulu Star-Advertiser se cita también a un médico forense diciendo que la también se había encontrado un medicamento basado en la metadona, el OxyContin, dentro del bote de Ambien, que se utiliza para tratar la adicción a la heroína y, raramente para el dolor de cabeza. Un portavoz de la oficina del forense negó este comentario, pero el periódico se reafirmó en sus declaraciones.

Ninguno de estos hechos dicen nada definitivo, y la causa de la muerte de Irons no se conocerá hasta que los funcionarios médicos emitan sus conclusiones. Pero esto si es claro: Irons había luchado durante toda su vida adulta contra el abuso de drogas y el alcohol, y al menos en una ocasión estuvo a punto de morir, durante una borrachera en 1999 en Indonesia. Después de entrevistas con docenas de amigos, colegas y profesionales de colegas de la industria de surf cercanos a Irons, sus problemas eran de conocimiento común en el mundillo del surf profesional, pero se mantuvieron en secreto por un código de silencio. Después de la muerte de Irons, varias de estas personas decidieron que era hora de que el mundo del surf hiciera frente a los hechos. Sin embargo, por temor a represalias, algunas fuentes han pedido el anonimato.

Muchas personas han confirmado que Irons abusaba de las drogas y el alcohol, aunque cuando se habla de estupefacientes, nadie ha podido decir con precisión lo que se metía o con qué frecuencia. La mayoría de las fuentes describen una combinación de medicamentos con receta y drogas recreativas, teniendo en cuenta que, si bien nunca lo vieron consumir, sus efectos eran evidentes. Pero aunque Irons era discreto, no sabía qué era la moderación. El 24 de julio de 1999, estuvo a punto de beber hasta la muerte en el hotel Bumi Minang, en Padang, Indonesia.

"Básicamente, murió delante de nosotros, más de una vez", dijo Art Brewer, un fotógrafo de surf de 59 años de edad, que viajó con Irons y media docena de profesionales en el viaje de 1999 a las Mentawai, una cadena de islas de Indonesia. Doce días después de la muerte de Irons, Brewer acordó reunirse conmigo en su estudio en Dana Point, California, para contar su historia en público por primera vez. Desde el comienzo de esta entrevista, quiso dejar claro en señalar que él no vio a Irons ingerir nada que no fuera alcohol. Pero lo que fuera que estuviera en su cuerpo, Irons había consumido demasiado de él, cayendo en un estado de inconsciencia en el pareció dejar de respirar, quedando sin pulso por un período de tres minutos.

"Era el cumpleaños número 21 de Andy", dijo Brewer, quien conoce a la familia Irons desde hace 40 años. Irons y la tripulación del barco habían regresado al puerto de Padang del Mentawai, y Andy "comenzó a beber. Vi como se metía media botella de Jack Daniel's (en el texto original pone one half of a quart que es una pinta)." Brewer se lo llevó a su cuarto, pero a las 10 PM fue despertado por un surfista que dijo que tenía que ir rápidamente: Irons estaba en problemas. "Fui a la sala", dijo Brewer ", y Andy estaba azul."

Brewer dijo que Irons había consumido otra cuarta parte de la botella de Jack Daniel's, se desmayó, y dejó de respirar. "Así que lo desnudaron y lo arrojaron en una ducha de agua fría. Tiraron hielo sobre él. Él no respondía, y cada vez estaba más y más azul."

Uno de los surfistas le administró CPR (CardioPulmonary Resuscitation), y Irons volvió a respirar de nuevo, el grupo lo llevó a un pequeño hospital local, donde se le dio oxígeno. "Luego se volvió a caer", dijo Brewer. "Creo que sucedio eso de tres a cinco veces en total". El primer hospital no estaba equipado para proporcionar cuidados intensivos, por lo que el grupo lo llevó a otro, que tampoco estaban bien equipado, antes de llegar a una instalación donde se le pudo tratar.

"Lo metieron en la UCI", dijo Brewer. "Y volvió a quedarse sin pulso. Lo reanimaron. Volvió a tener pulso, y, en algún momento entre eso y cuando estábamos fuera de la UCI, entró en coma. Y entonces uno de sus pulmones dejó de funcionar. Fue impactante".

Durante seis horas, Brewer y algunos de los surfistas esperaron frente a la UCI. "Por último, a las tres o las cuatro de la mañana", dijo, "Andy volvió a la vida otra vez, consiguieron inflar el pulmón, y salió del coma." Al día siguiente, Brewer convenció a los médicos para que le dieran el alta, por lo que el grupo pudo coger su vuelo programado a Singapur, donde recibió tratamiento adicional y luego volver a casa.

Por desgracia, la experiencia no pareció cambiar el comportamiento de Irons. Una semana más tarde, Brewer dijo que, en una fiesta en el área de Los Ángeles celebrada por la Surfer Magazine, Irons se pasó otra vez con el alcohol. "Lo que realmente me molestó es que estaba muy jodido en los Surfer Poll Awards", dijo. "No podía creer que no se hubiera cortado. Me hizo preguntarme cómo podía ir así después de tener una experiencia tan cercana a la muerte y volver a hacerlo de nuevo y jugársela otra vez."

Los tripulantes del barco de Indonesia nunca contaron su historia, pero a raíz de la muerte Irons, Brewer y otros estimaron que ese momento había llegado. "Estoy orgulloso de mantener la boca cerrada en cosas que no son, básicamente, asunto mío", dijo Brewer, quien recibió el visto bueno del hermano de Andy, Bruce, otro surfista profesional, para hacer público el episodio. “Me afectó mucho, pude perder a uno de mis niños.”

Andy Irons creció en Hanalei, Kauai, una ciudad del norte poblada por locales y personas que dirigían la industria del turismo de Kauai. Su padre, Phil, carpintero y surfista y uno de nueve hermanos, se había trasladado a Hawai desde California en 1970. Andy y Bruce, que es de 16 meses más joven que Andy, pasó la mayor parte de su infancia en compitiendo con sus amigos y primos por las perfectas olas de la isla.

Los dos hermanos consiguieron ser profesionales, pero fue Andy quien estalló en 1996, ganando el HIC Pipeline Pro, en las inmediaciones de Oahu, a los 17 años. Unos meses más tarde, todavía siendo relativamente desconocido, Irons mostró que no fue un golpe de suerte al ganar otro evento, esta vez en Teahupoo.

Irons tenía obviamente un gran talento, y con los años se ganó un público fiel gracias a su estilo de ir a por la ola más grande. Fue el surfista más intrépido en algunas de las rompientes más peligrosas del mundo, a menudo metiéndose en el interior del tubo en picos tan peligrosos como Pipeline o Teahupoo. Pero también era lo suficientemente bueno en olas pequeñas ganar cada prueba del Tour Mundial. No había otra persona que practicase un surf tan completo, excepto Kelly Slater, que actualmente ostenta diez títulos mundiales.

En el momento que Irons se unió a la élite de la ASP World Tour, en 1998, también había desarrollado una reputación por su comportamiento salvaje fuera del agua. El tour incluía un montón de tiempo de inactividad, que invirtió en divertirse. Terminó 34º en la temporada de 1999 y consiguió, por los pelos, estar otro año más en la máxima categoría.

"Se rumoreaba que viajaba en el tren de la fiesta a demasiada velocidad", dice Matt Warshaw, autor de The History of Surfing, una crónica exhaustiva sobre este deporte. Mientras que la gente de su edad hacía fiestas en la universidad el tenía suficiente dinero para derrochar y groupies en cada parada. Taj Burrow dijo en un reciente vídeo promocional de Billabong: "Donde quiera que vamos, se celebra la fiesta más importante del año. No tienes otro remedio que ir."

Fuera de la gira de la ASP, Irons andaba con la Wolf Pack, un temible grupo de surfistas de Kauai que defendían el localismo a menudo con sus puños. "En aquel entonces, Andy no tenía límite", dice Chris Mauro, ex editor de Surfer. "Tenía su banda."

En el Tour del 2001, Irons había firmado un acuerdo de patrocinio con la compañía australiana Billabong por 650.000 dólares al año. Lejos de madurar, alcanzó la categoría de antihéroe, y muchos fans lo querían por ello. "Andy hablaba alto y en tu cara", dice el ex WCT Shea Lopez, un amigo cercano. "Era la estrella de rock del surf".

Al igual que otras celebridades de ese estilo, Irons no se veía a si mismo envejeciendo. "Él quería morir joven", ha dicho recientemente Koby Abberton en el Stab Magazine. "Él lo sabía. Todo el mundo lo sabía."

En 2002, cuando Kelly Slater volvió a la competición después de un paréntesis de tres años, se suponía que iba a perder su corona. Ni mucho menos. Irons venció a Slater y consiguió el título mundial ese año. Lo hizo de nuevo en 2003 y 2004. "Andy Irons fue el único rival digno del mejor surfista que alguna vez haya puesto un pie sobre una tabla", dijo Warshaw.

Hasta el 2007 ningún surfista que no que fuera Irons o Slater pudo ganar el WCT. Mick Fanning consiguió la corona que había provocado esa rivalidad tanto fuera como dentro del agua. También dividió el mundo del surf. Eras de Slater, una vida limpia, un modelo de vida que competia con un traje blanco, o eras de Irons, el advenedizo arrogante que vestía de negro y le gustaba decir palabrotas.

"Andy lo pasaba mal", dice John Irons, tío de Andy. "Él lo llamó" el circo”. A donde quiera que iba, la gente le acosaba. Todo el mundo quería algo de el."

Sin embargo, a menudo Irons tenía detalles bonitos. "Estábamos en un viaje a Cabo hace un par de años", recuerda el escritor de surf Jake Howard, de ESPN.com. "Los niños se le acercaron y comenzaron a pedirle cosas. Él no tenía nada, así que se quitó la camiseta y se la dio a uno de los chicos."

A pesar de su imagen pública agresiva, Irons no se había vuelto un sibarita. "Andy era un campeón mundial, pero seguía siendo uno de nosotros", dice López. "Le podías ver en la parte trasera de una camioneta Ford Ranger que no tenía asiento, con otros tres tipos".

Para Irons, la gira mundial parecía ofrecerle la redención. "Fue muy positivo", dice Brewer. "Me pregunto qué es lo que fue mal esta vez."

En apariencia, las cosas empezaron a romperse durante la temporada 2005, cuando Slater ganó su séptimo título. Irons aún dio batalla, acabando segundo en 2005 y 2006, pero surgieron señales de que la presión le estaba afectando, y su genio se convirtió en legendaria. Después de perder con sus amigos en una partida de póker en un viaje en barco de 2005, arrojó un ordenador portátil al Pacífico. Después de una mala manga salía del agua maldiciendo, incluso una vez rompió su tabla de surf.

A finales de 2007, Irons estaba fuera de la carrera por el título mundial, que concluía en diciembre, y los rumores de su abuso de sustancias se arremolinaban dentro de la industria del surf y en los foros de debate en Internet. "Era como un elefante en una cacharrería", dijo Brewer. "Había rumores de que se trataba con OxyContin."

En otros deportes los narcóticos y estimulantes del rendimiento se muestran en los análisis. Sin embargo, la ASP no lleva a cabo pruebas de drogas. La organización no permite que los patrocinadores del evento o los órganos rectores de los países donde se realizan hagan este tipo de pruebas, pero no hizo ningún comentario sobre si Irons estaba controlado oficialmente.

En noviembre de 2007, Irons y su novia, Lyndie Dupuis, se casaron en Kauai. Por aquel entonces, algunos editores de revistas de surf sabían que Irons había estado en rehabilitación y que quería confesar públicamente. Pero si la divulgación se había planeado, Irons nunca lo hizo.

"Era sabido internamente pero no se hacía público", dice Evan Slater, ex editor de Surfer y Surfing Magazine. "En nuestro mundo, es una especie de mirar hacia otro lado, porque es una comunidad muy reducida."

Muchos trabajadores de la industria del surf sugieren que fueron los patrocinadores que los que desmontaron el plan de Irons de hacerlo público. Tras el incidente en Indonesia, dijo Brewer, uno de los patrocinadores de Irons le dijo que guardara silencio. "Me pidieron que no dijera nada a nadie", dijo Brewer. "Les dije, '¿Bueno, vais a mantener un ojo en el?' Tal vez debido a la cantidad de dinero que estaba consiguiendo para y de esa empresa se silenció todo, y nadie preguntaba. A nadie le importaba. "

Un trabajador de esa empresa, que pidió no ser identificado, reconoce que su compañía estaba al tanto del abuso de sustancias por parte de Irons. "Era evidente", dice. Pero niega que lo ocultasen. "No hacemos publicidad de determinadas partes de la conducta de nuestros atletas No. ¿Pero lo que es realmente encubrirlo? No." El director general de Billabong, Paul Naude, se negó a responder si su compañía sabía que Irons consumía drogas.

El padre de Andy, Phil Irons, no quiso hablar de eso tampoco. "Son problemas que mucha gente tiene pasar," dijo. "No son cosa para hablarlas. Nunca."

Si Irons decidió a guardar silencio, la decisión parece desconcertante en algunos aspectos. Otros surfistas se han rehabilitado en el pasado y el contarlo ha sido positivo para su imagen pública. Surfers como Peter Mel o Darryl "Flea" Virostko admitieron haber abusado de las metanfetaminas. Y el propio mentor de Irons, Billabong Mark Occhilupo, reconoció su adicción a la cocaína antes de volver a competir en 1997.

Algunos conocidos comentan que Irons lo admitió en privado. "Definitivamente fue sincero con sus amigos", dice una fuente cercana a Irons. "Fue totalmente abierto conmigo hasta el punto que me lo contó. Entonces él era como, 'Joder, lo alucinante es que la gente piensa en cosas mucho peores de lo que son.' El leía los posts de los foros"

Sea cual fuera el tratamiento recibido Andy, John Irons dice que le ayudó. "¿Cambió su vida? Sí. Él pudo volver a la gira. Estaba concentrado y listo para volver."

Kelly Slater recuerda una conversación con Irons en 2007. "Hace un par de años, el se replanteó muchas cosas en su vida", dijo Slater. "Tuvimos una charla muy profunda. Habló de lo emocionado que era sentir todas las cosas, sentir sus emociones y comprenderlas. Para él, era una nueva oportunidad en su vida."

Pero esa mejoría en 2007, no duró mucho. Su comportamiento errático regresó en septiembre de 2008, cuando desapareció durante la prueba de Francia. Surfeó bastante mal en su manga y luego no se presentó en la siguiente. Terminó el año en 13ª posición, pero decidió no competir en 2009. "Animamos a Andy a que se tomase un año sabático", dice Naudé, "porque había perdido el deseo de estar en la gira."

Irons dijo a sus amigos que había estado apunto de dejar Billabong. Según Mike Reola, un amigo y co-fundador de la compañía Lost, Irons, dijo que "todo el mundo en Billabong me quiere fuera ahora que no estoy en el tour" y que "Paul Naude fue el único que luchó por mí." Irons también dijo a sus amigos que él tomó la decisión de reducirse el sueldo.

Le pregunté que me confirmara si a Irons se le había reducido el sueldo, Naude dijo que no podía recordar, y agregó que "en términos de llegar a un acuerdo, nunca hemos tenido ningún problema, así que asumo que todo el mundo estaba contento."

Este año se suponía que debía ser el comienzo de un regreso de Irons. Antes de comenzar la temporada en febrero, viajó a Australia para trabajar con el preparador físico Wes Berg . Pero a medida que el año comenzó, Irons fue eliminado rápidamente de los primeros cuatro eventos.

Slater, quien por entonces se había convertido en amigo íntimo de Irons, dijo que Irons se había confesado con el. "Dijo, 'Tengo un montón de problemas esperando cada prueba y llevando todo esto.'" Irons les dijo a otros amigos que se sentía atrapado, porque creía que el surf en el Tour ya no le gustaba pero que era su única opción profesional viable.

Mientras tanto, su vida en la montaña rusa continuó. En el Nike 6.0 Lowers Pro, una prueba del WQS, que se celebró el pasado mayo en San Clemente, California, "surfeó como nunca lo había hecho", según Shea Lopez, y quedó en tercer lugar. Pero en junio, cuando la compañía de relojes Nixon organizó una viaje a la isla de Fiji, en Tavarua, las preguntas sobre el consumo de Irons resurgieron.

Irons estuvo acompañado por Lyndie y no surfearon demasiado en el viaje, aunque si lo hizo cuando surfeó en legendaria isla de Cloudbreak, dónde se marcó las mejores olas del día, entubándose durante diez segundos. Hacia el final del viaje, Irons comenzó a exhibir un comportamiento extraño. "Trató de pelearse con uno de sus mejores amigos, era algo extraño", dice un cliente que estaba allí. Irons incluso le gritó a un amigo en el restaurante durante la cena. Luego, cuando el grupo estaba de fiesta en la última noche del viaje, Irons se puso repentinamente violento.

El testigo dijo que los otros comentaron que las drogas estaban involucradas, pero agregó que no parecía que hubiera tomado las típicas drogas "recreacionales". "No es como en los viejos tiempos, donde había una habitación en la parte posterior con montañas de coca", dijo. "Ahora, la gente toma pastillas."

Luego, un amigo fue a la habitación de Irons, y regresó a la fiesta diciendo que Irons había intentado pelearse con el. Cuando los demás fueron a investigar, se necesitaron dos surfistas, uno era exmilitar de la marina y médico del viaje, y el otro un luchador de artes marciales, para frenar a Irons, quien se encontraba fuera de si. En última instancia, fue sedado. "Es difícil de explicar lo horrible que fue la situación", dice el huésped del hotel. "Todo el mundo estaba desconcertado."

Varias fuentes indicaron que se desintoxicó después del incidente en Fiji. El Tour Mundial llegó a Tahití en septiembre, y estaba lo suficientemente en forma y enfocado para ira pasando mangas hasta ganar. Estaba muy emocionado, dijo después del evento: "... Mi único sueño era volver y y ganar una prueba. Lo he hecho. Y quiero más."

Los últimos días de Irons todavía son un misterio pero es posible reconstruir los principales acontecimientos. Llegó a Puerto Rico en la noche del 27 de octubre, pero cuando la manga a tres estaba en el agua el 30 de octubre, él no apareció. Después de que Irons no apareciera, sus compañeros y los medios de comunicación de inmediato comenzaron a sospechar. "Habíamos escuchado que estaba enfermo de gripe, del estómago, fiebre, o algo así. Nadie sabía qué creer", dice Jake Howard, de ESPN.

La primera ronda no es eliminatoria, por lo que estaba programado que Irons surfeara al día siguiente, 31 de octubre. Una vez más no se presentó, y esta vez llamó al gerente de la World Tour, Renato Hickel, para retirarse formalmente. Irons se quejó de síntomas parecidos a la gripe y, como Hickel declaró al Honolulu Star-Advertiser, "dijo que prefería que le fuera a visitar un médico porque estaba enfermo."

Irons fue visto por un médico en su apartamento alquilado en Isabela, a cinco minutos lugar del campeonato. No está claro de qué fue tratado, pero se sabe que la gripe había estado rondando entre los surfistas. Irons fue llevado al aeropuerto en la noche del domingo, donde iba a comenzar su largo viaje de regreso a Hawai.

Llegó a Miami el domingo por la noche. Un portavoz de Billabong dijo a un periodista australiano que Irons había pasado "dos días" en un gotero en Miami, algo que ahora parece poco probable. El domingo por la noche fue Halloween, y Irons hacía escala durante la noche, salió del aeropuerto y se dirigió a South Beach, de acuerdo con una persona con la que se puso en contacto esa misma noche por teléfono. Irons dijo que estaba "en la novena y la Mar", tenía una "mochila y una cartera llena de dinero," y quería pasar un buen rato. Tenía amigos allí y se fue a una fiesta.

En los días inmediatamente posteriores a la muerte Irons, se informó de que, en Dallas, un Irons muy enfermo había tratado de abordar su vuelo de conexión a Honolulu a las 11:30 de la mañana, pero fue rechazado en la puerta de embarque de América Airlines, algo que la empresa niega.

"American Airlines no negó el vuelo ni rechazó de alguna forma al señor Irons", dice el portavoz de la aerolínea Tim Smith. Declara que una mujer de la familia, que se identificó como la esposa de Irons, le llamó dos horas antes del vuelo, dijo que estaba enfermo, y canceló su billete y le reservaron otra plaza para el mismo vuelo al día siguiente.

El vuelo a Dallas de Irons llegó a las 8:35 AM del lunes, 1 de noviembre. El Grand Hyatt DFW se encuentra en el interior de la Terminal D, por lo que pudo realizar el check in a las 08:47. Abrió la puerta de la habitación 324 a las 8:59, comió un bote de mantequilla de cacahuete, bebió una botella de Evian, y un par de refrescos. Nunca volvió a abrir la puerta de nuevo. A la mañana siguiente, Isaac Ambriz, un empleado de seguridad del hotel, fue informado por el operador del hotel que Irons no estaba respondiendo a sus llamadas de despertador. A las 9:43, Ambriz llegó a la habitación.

"Tocar y anunciar, pero no hubo respuesta", dijo Ambrosio en una declaración a la policía. "Entré en la habitación y noté que Irons estaba en la cama. Le llamé por su nombre y golpee en la pared varias veces más." A las 9:47, Ambriz llamó a su supervisor, Crystal Montero. Los dos entraron en la habitación, y Montero, como dijo a la policía, "fue a la parte derecha de la cama y encendió la lámpara de la cama. En ese momento, me di cuenta de Irons no estaba respirando."

En su investigación, la policía del aeropuerto dijo que Irons había sido encontrado de espaldas con una sábana hasta el cuello, con las almohadas "perfectamente puestas" y nada "fuera de lo común." La policía vio recetas para Xanax y Ambien que se habían emitido el 26 de octubre de 2010, el día antes de que Irons llegara a Puerto Rico.

A pesar de la historia de abuso de las drogas y los informes de la enfermedad, uno sólo puede especular acerca de lo que lo mató, y puede ser que una trágica combinación de, por ejemplo, el dengue y los medicamentos recetados. Irons estuvo deambulando entre diferentes zonas horarias, sin dormir, había bebido en Miami y, al menos según su esposa, estaba enfermo en el vuelo de vuelta a Dallas.

El Dr. Bruce Goldberger, director de la toxicología en la Universidad de la escuela médica de la Florida, declara que una combinación de todos estos factores puede ser peligrosa. "La dosis habitual de Ambien y Xanax son muy seguras, incluso cuando se toman juntos", dice. "Pero si hay una condición médica subyacente como la apnea del sueño o la neumonía, la persona estaría en mayor riesgo. A veces, vemos muertes de personas que gozan de buena salud cuando toman un poco más de la medicación indicada."

En particular, a Irons se le había diagnosticado apnea del sueño. Goldberger agregó que si la metadona se añadió a la mezcla, la situación sería mucho más peligrosa.

En los días siguientes a la muerte de Irons, los aficionados de todo el mundo salieron al mar a celebrar su legado, mientras que sus amigos se preguntaban si realmente Irons había tirado todo por la borda por algo tan tonto como la sobredosis de drogas. "Muchos de nosotros estábamos muy esperanzados de que el tener un hijo iba a ser punto de inflexión en su vida", dice un amigo de la familia Irons. "He visto a Andy ser bueno y malo, pero la única cosa que hizo que rompiera con todo era que estaba muy emocionado de ser padre."

No importa lo que diga la oficina del médico forense, la vida Irons no puede ser definida por un informe de toxicología. En cambio, cuando su hijo quiera saber quién era su padre le contarán que fue de un hombre complejo que vivió duro y rápido, que disfrutó mucho con su papel en el surf, pero odiaba la fama que la acompañaban, y que luchó con fuerza para superar los problemas de los que nunca fue capaz de hablar.

En una vida marcada por la agitación, jugando con las olas trajeron Andy Irons una sensación fugaz de paz. Surfear, dijo una vez, "es lo más cercano que puede sentirse al ser besado por Dios."

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