Una tarde glassy sin noticias de la marejada

Sin previsiones fiables no sabíamos si el mar iba a estar plato o desfasado. Sabíamos que la marejada iba a llegar pero no sabíamos cuándo. Lo que nos encontramos finalmente fue una muy tarde de surfing.

Al llegar al parking de la playa me encontré un glasazo como hacía tiempo que no veía. Es complicado ver en estas costas algo así a la tarde. De hecho, parecía estar surfeando a la mañana. Olas, las justas, pero no había nadie en el agua y eso siempre es un plus a la hora de decidir si entrar o no.

Las series tardaban, tardaban mucho, suficiente para notar que era la primera vez que pasaba calor con el traje de invierno, pero cuando llegaban rompían con buena forma, abriendo más de lo normal incluso. Luego, justo cuando la fuerza del mar subió un poquito más el pico se fue llenando y yo ya salí.

Finalmente la marejada llegó de golpe, pero no lo hizo hasta última hora de la tarde gracias a que venía muy del oeste. Hoy tenemos olas cercanas a los dos metros y medio, nada de viento, y periodos de 16 segundos.