El surfista que escucha las olas - Aitor Francesena
Aitor Francesena nació hace 47 años con un glaucoma congénito, vivía con el temor de que en cualquier momento podía quedarse ciego. Tenía incluso pesadillas. "Soñaba que dejaba de ver y entonces me despertaba y veía", declaró en una ocasión.
Se sometió a varias operaciones en ambos ojos pero no tuvieron éxito y justo cuando empezó a surfear acabó perdiendo la vista del derecho. Eso fue con 14 años.
Se fabricó su propia tabla sin que sus padres se enterasen. Vivía para el surf. Abrió su primera escuela de surf en el 88, fue entrenador de surf (entre ellos de Aritz Aranburu) y todo ello con tan solo la visión en un ojo.
Pero en 2012 un golpe con su tabla de surf hizo que perdiera la visión del otro. Parecía que todo había acabado pero solo fue un comienzo de una vida diferente. Tres meses después de salir del hospital volvió al agua.
"Antes de quedarme ciego iba tan rápido que no me daba tiempo a disfrutar de todo lo que hacía. No echo de menos nada de mi vida de antes. Ahora disfruto más de cada momento. Antes iba tan rápido que no me daba tiempo a disfrutar de todo lo que hacía".
Se sometió a varias operaciones en ambos ojos pero no tuvieron éxito y justo cuando empezó a surfear acabó perdiendo la vista del derecho. Eso fue con 14 años.
Se fabricó su propia tabla sin que sus padres se enterasen. Vivía para el surf. Abrió su primera escuela de surf en el 88, fue entrenador de surf (entre ellos de Aritz Aranburu) y todo ello con tan solo la visión en un ojo.
Pero en 2012 un golpe con su tabla de surf hizo que perdiera la visión del otro. Parecía que todo había acabado pero solo fue un comienzo de una vida diferente. Tres meses después de salir del hospital volvió al agua.
"Antes de quedarme ciego iba tan rápido que no me daba tiempo a disfrutar de todo lo que hacía. No echo de menos nada de mi vida de antes. Ahora disfruto más de cada momento. Antes iba tan rápido que no me daba tiempo a disfrutar de todo lo que hacía".
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