Curiosidades de The Big Wednesday, la película de culto del surf

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Cuando se habla de cine y surf, pocas películas logran transmitir la esencia de la vida en las olas como The Big Wednesday (El Gran Miércoles, 1978). 

 

Dirigida por John Milius y ambientada en Malibú, la historia recorre doce años –entre 1961 y 1974– siguiendo a tres amigos, Jack, Leroy y Matt, desde sus días de juventud hedonista, surf, fiestas y peleas a puñetazos, hasta su entrada en la edad adulta bajo la sombra de la guerra de Vietnam. El resultado es mucho más que una simple película de surf: es un retrato de un momento cultural concreto y, al mismo tiempo, una reflexión universal sobre la amistad, la pérdida y cómo el paso del tiempo afecta también a la forma en que cada uno vive el surf.

 

Lo que diferencia a The Big Wednesday de otros intentos de Hollywood por acercarse al surf es que aquí hay huellas reales de la cultura playera, aunque estén muy alejados ahora de la actual. Milius escribió el guion junto a Dennis Aaberg, a quien conoció en la playa de Malibú a finales de los cincuenta, cuando esa ola era el epicentro del surf mundial y todavía no había multitudes en el agua. Allí compartieron olas con personajes míticos como Miki Dora o Lance Carson, y toda esa experiencia se trasladó a la película. De hecho, la primera idea no era una película, sino una novela titulada We Are Gods. El proyecto fue mutando a través de artículos y borradores, hasta cristalizar en la historia que conocemos hoy.

 

El propio título tiene un trasfondo especial. Milius pidió permiso a John Severson, fundador de Surfer Magazine, para usar el nombre de su cortometraje de 1961, Big Wednesday. El título se basaba en la leyenda de que las grandes marejadas siempre llegaban en miércoles, un mito que encajaba a la perfección con el espíritu de la historia: la espera por esa ola irrepetible que marcará toda una vida.

 

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John Milius con parte de los actores durante el rodaje en El Salvador. Foto: Warner Bros

El rodaje fue una aventura en sí misma. Aunque la historia se sitúa en Malibú, las olas californianas no siempre respondían, así que el equipo filmó en lugares como El Paso (Texas), La Libertad (El Salvador), el exclusivo Hollister Ranch y, sobre todo, Sunset Beach en Hawái, donde se rodaron las escenas finales de surf. La experiencia en El Salvador fue especialmente caótica: cámaras robadas, el equipo entero enfermo y hasta una confusión con la guerrilla local, que pensó que los surfistas eran agentes de la CIA. Apenas cuatro minutos de metraje usable salieron de aquel viaje, pero la anécdota quedó para la historia.

 

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Peter Townend.  Foto: Warner Bros

Para las secuencias de surf, Milius reunió un auténtico “dream team” de la época. Gerry Lopez, Peter Townend, Ian Cairns, Billy Hamilton, Jackie Dunn, Chuck Wills y hasta Bruce Raymond (posteriormente jefazo en Quiksilver) participaron como dobles de los actores. Algunos, como Cairns y Wills, se pusieron en la piel de Gary Busey en las secciones más exigentes. El propio Busey, que tuvo que aprender a surfear para el papel, terminó lanzándose en Sunset con olas de cuatro metros, asesorado nada menos que por Gerry Lopez, quien le dio un consejo inolvidable: “si te caes, déjate llevar como un trapo en la secadora”. Para lograr caídas espectaculares, Raymond incluso recibió 200 dólares al día por romper tablas que habían sido serradas previamente para asegurarse de que se partieran en la caída.

 

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Detrás de las cámaras, el nivel no fue menor. Figuras como George Greenough, Dan Merkel, Bud Browne y Greg MacGillivray filmaron las secuencias acuáticas, con ingenios caseros como la carcasa amarilla fabricada por Greenough, que desmontó una cámara de 100.000 dólares para adaptarla a su manera. Aquello parecía más un circo playero que un rodaje de Hollywood, con surfistas, fotógrafos y extras disfrutando entre olas perfectas y un ambiente de fiesta.

 

El otro gran protagonista invisible de la película es la música. Basil Poledouris, que más tarde firmaría Conan el Bárbaro y RoboCop, compuso una partitura solemne y épica que rompía con la típica banda sonora rockera de las películas de surf. Esa atmósfera “fuera del tiempo” transformó cada ola en algo mítico, elevando el surf de simple diversión a un ritual casi sagrado.

 

Al estrenarse en 1979, las expectativas eran altísimas. Tanto, que amigos de Milius como George Lucas y Steven Spielberg apostaron porcentajes de beneficios de Star Wars y Encuentros en la tercera fase contra los de Big Wednesday. Pero la película fue un fracaso en taquilla. Quizá la herida de Vietnam aún estaba abierta, o tal vez las escenas de longboard parecían anticuadas en plena revolución de las tablas cortas. Sea como fuera, el público no respondió. 

 

El Gran Miércoles costó 11 millones de dólares y recaudó 4,5 millones en taquilla. Star Wars costó 11 millones y recaudó 775 millones, mientras que Encuentros en la Tercera Fase costó 19 millones y recaudó 306 millones.

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“El acuerdo funcionó mejor para unos que para otros”, le contó Spielberg más tarde a MacGillivray, riéndose de los millones perdidos. Spielberg lo recordaría años después con humor: “Esto no lo volvemos a repetir”.

 

Fue con el paso del tiempo, y especialmente con su llegada al vídeo doméstico en los 80, cuando The Big Wednesday empezó a ser reivindicada. En su 20 aniversario ya se hablaba de ella como una obra que realmente había capturado el espíritu del surf. Hoy, medios especializados como Surfer Magazine han llegado a resumirlo de la forma más simple y contundente: “Big Wednesday te hace sentir orgulloso de ser surfista”.

5 comentarios:

  1. Debería de estar prohibido tener redes sociales para hacer surf (qe los vuelven más tontos) y obligatorio ver esta película, y luego ya de segundo paso la escuelita de turno

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  2. La veo religiosamente todos los años al final del verano, ya es como una tradición.

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    1. alguien sabe donde puedo conseguir el dvd version española?

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  3. por cierto alguien tiene la coleccion de los numeros de revista glide y los quiere vender?

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  4. El Gran Miércoles fué la causante de que toda mi cuadrilla empezara a surfear. La vimos unas 6 veces seguidas, en el 79, y seguimos dándolo todo( bueno, la verdad es que quedo sólo yo...)

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