Wade Goodall y Alex Gray son los protagonistas de esta "película independiente y experimental" dirigida por Tin Ojeda, artista argentino y afincado en Estados Unidos.
La zona de Los Angles cuenta con algunos lugares con buenos fondos que gente como Alex Gray, David Carmo, y Nic Lamb, estuvieron exprimiendo la semana pasada.
Cortes Bank es una montaña submarina poco profunda, una isla apenas sumergida en el Océano Pacífico que se encuentra a 166 kilómetros de la costa continental de los Estados Unidos.
Alex Gray es siempre fiel a su cita con cualquier derecha tubular que salga. Esta vez, en algún lugar de México, esta derecha rompe solitaria, solo para Alex y sus amigos.
La estrategia de Alex Gray después de que American Airlines le partiera las tablas que transportaba desde Hawai a Los Angeles ha funcionado y la aerolínea le va a compensar por ello.
Las tablas rotas que véis en la foto, son, eran, propiedad de Alex Gray, y no son consecuencia de un choque contra monstruosas olas en algún remoto lugar del planeta, si no tan solo el trato que recibieron por parte de una aerolínea en el trayecto desde Hawai hasta Los Angeles.
Dos de los mejores especialistas en tubos del mundo, Alex Gray y Anthony Walsh (Body Glove), de viaje a una de las olas más tuberas y largas del planeta, Skeleton Bay.
Las islas Aleutianas son una cadena de más de 300 pequeñas islas volcánicas que describen un amplio arco que va del sudoeste de Alaska hasta la península de Kamchatka.
Último de los tres capítulos que componen "Cradle Of Storms", un épico viaje de Alex Gray, Josh Mulcoy y Pete Devries por el remoto arco aleutiano de Alaska.
Ya hemos visto la sesión de la semana pasada en Safi en un par de vídeos. Ahora toca comparar la perspectiva de esos vídeos con la de la GoPro de Alex Gray.
Estas últimas semanas las olas en Marruecos no han parado de bombear y Safi, una de las mejores derechas del páis (y mira que hay) lo ha hecho de forma especial.
Alex Gray encontró esta ola gracias a un mensaje que alguien le dejó en su cuenta de Instagram. Solo tuvo que esperar a la siguiente marejada, coger un avión, un bote, taxi, moto, y listo.
Compró el billete el día anterior a la llegada del swell, estaba perdido en una isla con aguas cristalinas y olas perfectas. ¡Cómo no va a ser la persona más feliz del mundo!