Mientras el pasado lunes todas las miradas estaban puestas en las gigantescas olas de Nazaré, otros puntos de Portugal rompían de una forma que rozaba la perfección.
Cuando Coxos se vuelve más indulgente, son muchos los que quieren probar sus pequeñas joyas en forma de ola.
Ahí
es cuando la principal preocupación de un surfista ya no es la ola en sí, sino el tener que te salten la ola, o el esquivar a la gente que remonta.
Aritz Aranburu, Julio Terres y otros surfistas locales pudieron disfrutar de condiciones épicas, con un swell del noroeste de 18 segundos y olas cercanas a los dos metros y medio.