Una sesión otoñal en Meñakoz
Un pequeño resumen de lo acontecido durante el pasado miércoles dos de noviembre, cuandoun esperado swell de otoño rompió en Meñakoz.
Un pequeño resumen de lo acontecido durante el pasado miércoles dos de noviembre, cuandoun esperado swell de otoño rompió en Meñakoz.
Sucedió hace casi 32 años, y aunque finalmente no se celebró, fue considerado todo un éxito.
"Se trata no sólo de defender nuestro terreno de juego", comentaba Curren en rueda de prensa, "sino también de hacer comprender a la opinión pública la problemática actual".
"El agua es para todos nosotros nuestra vida y nuestro trabajo", declaró Moris Carl a El Correo. "Por ello debemos defenderlo de la cada de todos".
"Como personas que viajamos a los cinco rincones de la tierra en busca de los recursos oceánicos nos damos cuenta de la necesidad y exigencia de una mayor protección de los recursos", reconocieron. Para todos los surfistas, el campeonato anual Planet Surf Initiative "es una oportunidad sin precedentes para que podamos ayudar". Los fondos obtenidos, bajo el patrocinio exclusivo de doce marcas que subvencionan el proyecto sin intereses comerciales, se depositarán en una cuenta bancaria para favorecer la lucha medioambiental y crear la Surfrider Fundation en países fuera de Estados Unidos.
La idea era buena, pero no salió bien por varias razones.
La primera fue porque no se contaron con los surfistas locales. Tom Carroll, Tom Curren, Hans Hedemann, Sunny García, Martin Potter, Darrick Doerner y el grueso del QS/CT que habían participado en Lacanau y en los QS de Zarautz y Sope estarían allí, pero no habían hablado con la gente que habitualmente cogía olas allí.
Ante esa situación y como contaba la revista Marejada en aquella época hubo surfistas que decidieron boicotear el evento, mientras que otros optaron por resignarse.
Finalmente se incluyó a algunos, como los hermanos Fernández, Jaime, Alfonso y Asís, y creo recordar que a alguno más.
La otra razón de que no saliera bien fue la falta de olas. El periodo de espera era de cinco días, en la última semana de Septiembre, y se estipuló que para realizar el campeonato debían romper olas de un mínimo de dos metros. Pero no hubo ni medio.
Durante los cinco días se esperó en la carpa habilitada en el promontorio frente a Meñakoz. Hubo cervezas, música, arte, buen rollo, pero olas, ninguna.
Finalmente los pros se marcharon a Japón, sede de la siguiente prueba del CT, sin haber podido disfrutar de las olas de Meñakoz. Muchos no volvieron a la cala, otros sí.
Aun así, el campeonato se consideró un éxito. Se consiguió la publicidad y los fondos necesarios para constituir el Surfrider Fundation Europe.
Reportaje sobre el evento que salió en el número 1 de la Revista Marejada