Lluvia y olas

tormenta en sopela
Nada más llegar al parking vi una serie de un tamaño decente y no me lo pensé dos veces. Abrí el maletero, dí la vuelta al traje, me lo puse mientras miraba el mar esperando ver más olas, y justo antes de irme al agua una chica me regaló su ticket de la OTA. El baño pintaba bien.

La marea estaba subiendo, no soplaba el viento, y las olas llegaban algo desordenadas. Era cuestión de suerte, de estar en el lugar preciso, para que te cuadrara una decente. Se notaba que el tiempo estaba cambiando porque las nubes se empezaban a agrupar rápidamente. Olía a tormenta.

Nos movimos de pico en busca de mejores olas y acertamos. Iban un poco mejor, nada especial. Al de un rato empezaron a caer cuatro gotas y el viento se hizo algo más fuerte. De repente esuchamos como si una ola rompiera a lo lejos, pero en el horizonte no ser veía había nada. Al de unos segundos supimos lo que producía el ruido. Era el sonido de la lluvia al chocar contra el mar, una cortina de gotas gordas que iba barriendo la playa de lado a lado. Fue curioso escuchar la lluvia antes de verla.

No duró mucho el chaparrón, pero con el se acabó el baño. Después, el viento se hizo cada vez más fuerte y el mar más feo.

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