Meñakoz ha vuelto a bombear
No podía haber empezado mejor el otoño que con una sesión clásica en Meñakoz. El mar había subido incluso más de lo que la mayoría esperábamos.
En Sopelana a primera hora de la tarde todavía quedaba gente pese a los dos metrazos que caían. Demasiado para esta playa porque las series que llegaban cerraban una y otra vez pese al empeño de los más osados.
En cambio Meñakoz no paraba de bombear, más gordo y más grande que en Sope, pero mucho más ordenado. De vez en cuando llegaba alguna serie desfasada que hacía correr a la gente en el pico. Pero también se han visto bajadas espectaculares casi al límite.
Luego, según ha ido avanzando la sesión, el viento del nordeste se ha hecho más fuerte dejando las olas bastante tocadas y haciéndolo todavía más difícil.

En Sopelana a primera hora de la tarde todavía quedaba gente pese a los dos metrazos que caían. Demasiado para esta playa porque las series que llegaban cerraban una y otra vez pese al empeño de los más osados.
En cambio Meñakoz no paraba de bombear, más gordo y más grande que en Sope, pero mucho más ordenado. De vez en cuando llegaba alguna serie desfasada que hacía correr a la gente en el pico. Pero también se han visto bajadas espectaculares casi al límite.
Luego, según ha ido avanzando la sesión, el viento del nordeste se ha hecho más fuerte dejando las olas bastante tocadas y haciéndolo todavía más difícil.

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