Polémica en A Coruña: un surfista denunciado por meterse al agua durante la alerta naranja
Cuando parecía que este tipo de actuaciones contra los surfistas eran ya cosa del pasado, ha vuelto a suceder, esta vez, en Galicia
Volvemos a las andadas. Más de tres años después de que en Barcelona multaran a surfistas por surfear durante una alerta naranja en Barcelona, el suceso ha vuelto a suceder, pero esta vez en A Coruña, Galicia.
La Policía Local de A Coruña ha denunciado a un surfista por practicar su deporte en la playa durante la alerta naranja decretada por fenómenos costeros.
El incidente, ocurrido esta semana, ha reavivado el debate sobre la aplicación automática de los protocolos que prohíben la actividad deportiva en el mar bajo determinadas condiciones meteorológicas, algo que parece absurdo cuando se trata de la práctica del surf.
El protagonista de esta historia fue Pablo Montero, campeón gallego y de España y exintegrante de la selección española de surf, que no daba crédito cuando, al salir del agua en la playa de Matadero, se encontró con varios agentes de la Policía Local esperándole en el paseo marítimo. Acababa de ser denunciado por surfear durante una jornada con alerta naranja por oleaje.
“Yo vivo frente a la playa, surfeo todos los días, y las olas estaban pequeñitas, de un metro”, ha declarado a la Opinión de la Coruña. “No había ningún peligro”, Montero. La sanción, que podría alcanzar los 3.000 euros, le parece “un sinsentido”.
Desde el Concello de A Coruña explican que la multa fue interpuesta no tanto por surfear, sino por “no responder a la policía” y marcharse “desatendiendo la llamada de los agentes”.
El deportista, sin embargo, asegura que no desobedeció. “Me dijeron que llevaban media hora silbando y haciéndome señas, pero yo no vi ni oí nada. Uso tapones, el viento venía del mar a tierra y estaba a más de cien metros. Es imposible escuchar nada desde allí”, se defiende.
El surfista considera especialmente incoherente que tanto el Concello como la Xunta promuevan el surf como reclamo turístico y deportivo y, al mismo tiempo, impongan restricciones que lo impiden.
“Se invierte mucho en promocionar A Coruña como destino surfero, se hacen competiciones, se venden imágenes de las olas… y luego te multan por surfear cuando hay olas. No tiene sentido”.
Montero pide una revisión de la ordenanza de playas, aprobada en septiembre, para excluir el surf de las prohibiciones en caso de alerta, argumentando que el surf depende precisamente del mar y sus condiciones cambiantes.
“Deberíamos poder decidir por nosotros mismos si entrar o no al agua según nuestro nivel y las condiciones reales”.
En respuesta, la Federación Galega de Surf (FGSurf) ha emitido un comunicado oficial —con fecha 7 de noviembre de 2025— en el que solicita una revisión urgente del protocolo de suspensión de actividades deportivas durante alertas meteorológicas. La federación considera que las normas actuales se aplican de forma “automática e indiscriminada”, sin tener en cuenta las particularidades del surf ni las condiciones reales en cada punto de la costa.
"En los últimos meses, esta medida está provocando la cancelación de numerosas sesiones de entrenamiento, competiciones y la práctica de deportes en general sin que exista un riesgo real para la práctica del surf", señala la FGSurf.
El comunicado distingue entre alertas por lluvia, que no suponen riesgo alguno para el surf —ya que los deportistas están equipados con material técnico adecuado—, y alertas por fenómenos costeros, que pueden afectar más, pero de forma muy desigual según la orientación y protección de cada playa.
Las alertas de nivel naranja o amarillo no siempre implican un peligro real en todas las playas”, explica la federación, recordando que hay múltiples puntos en Galicia –especialmente en estuarios y zonas resguardadas– donde el mar sigue siendo perfectamente navegable.
La FGSurf defiende que la comunidad surfera gallega y los técnicos federativos cuentan con amplia experiencia para evaluar las condiciones del mar con seguridad, adaptando el lugar y horario de la práctica según las circunstancias.
Por ello, la federación propone revisar el protocolo actual incorporando criterios específicos para los deportes de mar, diferenciar entre zonas expuestas y protegidas según las condiciones reales de cada playa, e incluir a las federaciones náuticas y de surf en la evaluación previa a cualquier suspensión de actividades.
El organismo gallego se muestra dispuesto a colaborar con las autoridades locales y autonómicas, entre ellas el Concello da Coruña y la Secretaría Xeral para o Deporte, para “garantizar un equilibrio entre prudencia, responsabilidad y continuidad de la práctica deportiva”.
Mientras tanto, el caso del surfista denunciado reabre un viejo debate: ¿hasta qué punto debe limitarse un deporte que, por naturaleza, se practica precisamente en condiciones de mar bravo?

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