Lo curioso es que un día antes los dos habían dado un recital de surfing. Aritz, por ejemplo, hizo dos tubos increíbles en cinco minutos que le dieron el pase a segunda ronda con una de las mejores notas del campeonato.

Pero esto es el World Tour. Un día te toca el mejor punto de marea del día y bombean olas huecas durante toda tu manga, y al día siguiente tienes que luchar con el resto por la única serie que llega de olas cerronas en el peor punto de marea.

Así, en marea baja, con olas de metro y medio, totalmente cerronas, entraron al agua Jonathan y Aritz en mangas casi gemelas. El objetivo era lanzarse a la ola y rezar porque no cerrara, pero ninguno de los dos tuvo a la diosa Fortuna a su lado. Una lástima.

Por cierto, la calidad de la retransmisión, está siendo una verdadera basura. Apenas se podían distinguir formas y colores y, mucho menos, reconocer a los surfistas.

¿No debería, cada prueba seis estrellas prime, cumplir unos estándares de calidad, para poder celebrarse?

Próxima parada: Australia

Joan Duru