Continuamos con sol, calor, y olas de tamaño aceptable pero de calidad horrorosa, por lo menos a la tarde.

A esa hora ya había saltado el viento del nordeste, no muy fuerte, pero suficiente para desordenar las olas de escasa fuerza que llegaban a la orilla.

Otro día más con traje corto. Lo cierto es que no recuerdo ningún año surfeando a finales de septiembre con traje corto de forma tan cómoda, sin pasar nada de frío. De hecho, algunos lo hicieron en bañador. 

Pero los fondos no están bien, o la dirección del swell, o ambos. Lo cierto es que pocos baños están cuadrando con olas de calidad aceptable, y eso que soy de fácil conformar.

Hoy ha llegado una nueva marejada que dejará olas por encima del metro y medio y periodos cercanos a los 15 segundos. Pinta bien, sobre todo porque no se espera apenas viento durante toda la jornada, pero habrá que acertar dónde y cuándo meterse al agua.

Como si fueran caracoles, los surfistas salieron de sus escondrijos cuando la tormenta amainó y dejó de llover.

El mar estaba ordenado. Pocas veces lo está tanto. Cristalino, con tan solo una ligera brisa del suroeste, y olas ordenadas.

La serie despuntaba, amagaba con romper, para pasar de largo y hacerlo unos cuantos metros más abajo. ¿Culpa de los fondos? ¿Quizá de la marea? De todo un poco. Desde fuera, después del baño, todo parece más fácil. Hubo momentos, ratos divertidos, y otros desesperantes en los que no se pillaba nada.

Para hoy tenemos unas condiciones muy parecidas a las de ayer pero con el inconveniente de tener el viento del suroeste soplando más fuerte.. Parece que solo habrá baño para los del turno de mañana, porque a partir del mediodía el viento rolará a noroeste, desordenando todo el mar.

Efectivamente, después de la tormenta llegaron más tormentas. Pero entre ellas el viento paró, lo suficiente para engañar a algunos, entre ellos yo, y entrar al agua.

No sentó mal el baño, rápido, de apenas una hora, pero lo que se dice olas buenas no pillé. Ni yo ni los que estaban conmigo. Las series tardaban una eternidad y cuando llegaban, barrían la playa casi de puhta a punta. A veces, aguantaba alguna ola lo suficiente para remarla, ponerte de pie, e intentar algo antes de que se convirtiera en una espuma blanca salpicada de algas.

Sorprende estar a mediados de septiembre y tener el agua tan caliente, casi a 24ºC, sin necesitar abrigo alguno pese a los chaparrones que caían de vez en cuando.

Para hoy tendremos olas ligeramente más pequeñas que ayer, apenas sin viento salvo, claro está, en las horas centrales del día. Habrá que aprovechar, porque para el resto de la semana las olas serán un recurso de diversión escaso.

Fue una tarde rara, gris, amenazando tormenta.  Un brisa del este arrugaba las olas de algo más de un metro. Eran series tardonas. Se notaba que había un periodo muy alto de ola. Llegaba la serie, de cinco o seis olas, rompían y luego apenas nada. No fue un baño nada fácil, nada comparado con el sábado. Lo mejor fue que salí antes de que llegase el chaparrón.

Hoy seguiremos con periodos altos y una altura muy parecida a la de ayer. La diferencia es que el mar llega algo más del oeste. Es posible que con esa ligera variación los cerrotes de ayer se conviertan en buenas olas hoy. Aunque claro, siempre puede ir a peor.

Ha sido sin duda alguna el día del verano, 14 horas de buenas condiciones en prácticamente todas las mareas.

Es posible que haya habido mejores baños, pero como día completo, en mi opinión no.

Pese a que a primera hora la mañana las olas eran algo más pequeñas, no tardó en animarse y casi todos los picos funcionaron bastante bien.

Por cierto, se han encontrado unas quillas que alguien olvidó el sábado en Barrika.