¿Fondos nuevos, oportunidad o amenaza?

Un par de maretones en septiembre y los fondos han vuelto a cambiar. Casi siempre, estos movimientos rápidos hacen que vayan a peor, pero hay veces que te pueden dar alguna alegría.

Hace años, creo recordar, los fondos no se movían tanto, o por lo menos no de forma tan radical. Si en marzo de este año veíamos una playa en los huesos con todas las rocas al aire, este verano teníamos exceso de arena en la orilla, y faltaba en el medio. Y ahora todavía está por descubrir. ¿Tendrá algo que ver el silencioso dragado de arena para el Puerto de Bilbao frente a Punta Lucero?

Es lo único bueno de un cambio de fondos, que es como si fueras a una playa nueva. Al cambiar los fondos, cambian los puntos de marea en los que entrar, los lugares donde surfear, y eso ofrece nuevas oportunidades. Mientras la mayoría de la gente tira de costumbre y vuelve al mismo sitio sin importar si ha mejorado o empeorado, quedan lugares a la vuelta de la esquina que pueden sorprender.

Está claro que para los que iban a la playa piñón fijo los cambios son una amenaza. Si antes, por ejemplo, iban en media marea porque sabían que iban a encontrar una olita, ahora tienen que invertir tiempo en descubrir cúando se puede surfear con garantías, y eso requiere tiempo, conocimientos, y esfuerzo, aspectos que escasean en estos convulsos tiempos.El baño del sábado tuvo un poco de todo esto. Entré por el mismo lugar y me encontré una ola impracticable. No duré demasiado, y contra corriente, tiré en busca de algo mejor. No tardé en encontrarlo, era facil. Alguna cogí, pero en media hora la ola desapareció y me encontré entre dos corrientes, una ola de menor calidad que la fruta del Eroski, y atrapado entre corchopanes. Seguiré investigando.