Todos a la playa
Lucía el sol, soplaba un flojo viento del sureste, la gran marejada de estos días solo permitía el surfing en las playas más protegidas. Había que madrugar si uno no quería perecer víctima de los embotellamientos, y el estrés para aparcar en Ereaga.
A las 11 de la mañana ya era imposible aparcar. Paseantes, turistas, pescadores, y por supuesto surfistas, no habían dejado plaza alguna.
Las series entraban limpias y secas. Se notaba que eran mareas vivas. Mucha pelea en el agua.
Hoy la fuerza del mar ha bajado bastante, suficiente para volver otra vez a las playas más abiertas. Continuaremos con el calor y el buen tiempo. Tan solo el viento del sureste, fuerte a ratos, podrá molestar un poco durante el baño.