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Paladeando El Gran Miércoles

- febrero 23, 2024 - 3 Comentarios

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Hay algunas películas con las que, por alguna extraña razón, no las disfrutas realmente la primera vez que las ves, no llegas a profundizar. Al igual que un buen vino, con el primer trago no puedes disfrutar de todos los matices, de su aroma, y tienes que paladearlo más veces para extraer todo su sabor.



Eso me pasa con "El Gran Miércoles". Cada vez que la veo voy sacando algún detalle que se me ha escapado la anterior vez. Quién no recuerda la voz en off de Matt Johnson describiendo un amanecer, o la siguiente estación del año. John Milius y Dennis Aaberg, director y guionista, surfistas los dos, crearon el guión a la vez que escribían el libro, que por cierto me compré la semana pasada, y quizá por ello tiene momentos tan narrativos. Si a eso le sumamos la maravillosa banda sonora de Basil Poledouris queda una gran película.

Cierto que hay veces que cae en los tópicos, y que hay algunos actores que flojean un poco, pero la película tiene algunas auténticas joyas que hacen que te olvides de lo anterior.



Os dejo a continuación algunas de ellas y parte del primer capítulo del libro.


Recuerdo aquel viento de nuestra infancia, un viento que soplaba por el desfiladero, un viento caliente llamado Santana que traía el olor de lugares cálidos.

Soplaba con mayor fuerza antes del amanecer a través del promontorio.

Mis amigos y yo solíamos dormir en los coches, y el olor de la brisa del mar nos despertaba. Todas las mañanas presentíamos que aquel sería el gran día.

Sobre todo recuerdo a mis mejores amigos, Matt y Leroy. Estábamos en nuestro mejor momento, éramos los grandes, los reyes, nuestra realeza particular, aquel era nuestro reino y esta nuestra historia.”


En aquellas mañanas cristalinas, ya cansados de hacer surf, nos íbamos a la tienda de Bear en el viejo embarcadero. Bear reparaba nuestras tablas y nos contaba historias. El sabía de donde venían las olas y por qué. Al igual que los surfers que nos precedieron, Bear lo era todo para nosotros.”

"De todas formas siempre estás solo. Esa es la prueba del surfer, hacerlo solo, acostumbrarse a no depender de nadie."

"Empieza a pensar que alguna vez tendrás que empezar a ganarte la vida decentemente. Busca trabajo y hazte hombre de una vez. Hazte una persona respetable.

¿Para qué? Es un surfer respetable.

¡Carai, Eso no es un deporte, es una epidemia!"

Todos los veranos de todos los años pasaban, apenas son humo en mi recuerdo. El otoño caía y se precipitaba el invierno. El agua estaba fría, era la época de las olas del Oeste. Un embravecimiento del mar que señalaba un cambio y que yo generalmente afrontaba solo.

"... los amigos son para cuando no tienes razón. Cuando la tienes, no necesitas nada."

"me aficione al surf porque era muy bonito salir con los amigos. Ya no me queda ni eso."

"Las olas del Norte eran frías, solitarias y peligrosas. Una fuerte marejada lleno de poder que bajaba por la costa durante el invierno. Solíamos hacer novillos e ir a ver como rompían las olas. Soplaba una brisa suave de la costa en los tibios atardeceres de la marea baja. Recuerdo las rocas y el agua cristalina. Pero todo aquello quedo atrás, y no es que cambiaran las rocas, ni la playa, ni las olas, cambio la gente. Unos se casaron, otros se fueron a vivir al interior, otros buscaron emociones nuevas, otros murieron."

¿Has hecho mucho surf Matt? No... Solo cuando era necesario.

"Quien sabe de donde viene el viento, ¿será que sopla Dios?. ¿Y quién forma las nubes? ¿Cómo se embravece el mar? ¿Y para qué? Sólo sé que había llegado la hora que tanto habíamos esperado."

Llegará un día como ningún otro; un día con unas olas tan grandes, un espectáculo de la naturaleza tan grandioso, que borrará todo lo anterior. Y ya nada volverá a ser lo mismo.



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BIG WEDNESDAY Movie Trailer 1978 Surfing


El Gran Miércoles - El Libro (Ediciones Pamies)


VERANO 1961

El mar del pasado era como una hermosa mujer sin escrúpulos.

Los hombres fuertes con corazón de niño le eran fieles, se

encontraban satisfechos viviendo por su gracia o muriendo por

su voluntad

Joseph Conrad

Cuando las tablas estaban hechas de madera y los hombres de hierro

Un viejo surfista

MAREJADA SUR

Recuerdo un viento que soplaba a través de los cañones antes del amanecer. Era un viento caliente pero suave, y llevaba el aroma de los lugares cálidos. Soplaba desde las escarpadas colinas cubiertas de encinas y arbustos hasta las viejas cabañas de madera que se alineaban en la playa. Cuando más fuerte soplaba era antes del amanecer en The Point, donde hacía apresurarse a olas invisibles, las hundía y les echaba sus crestas hacia atrás como si fueran grandes plumas blancas. Mis amigos y yo solíamos dormir en nuestros coches, aparcados a lo largo de la autopista del Pacífico.

Y el aroma del viento de tierra nos despertaba y cada día sabíamos que sería una mañana especial, un día especial. Me acuerdo del viento que hacía revolotear los papeles por la arena en penumbra y de las luces de la ciudad brillando en la distancia. Miles de gaviotas volaban en círculos en el cielo color púrpura. El mar todavía estaba oscuro por el oeste. Recuerdo el sonido de las olas que golpeaban la orilla.

Con los primeros rayos del amanecer, nos arrastrábamos fuera de nuestros sacos de dormir y mirábamos las olas matutinas por las ventanillas del coche. Nunca las olvidaré. Se extendían por la cala convirtiéndose en paredes verde esmeralda, con la brisa costera rasgando sus flequillos. Sacábamos nuestras largas tablas de surf por la ventanilla trasera rota de algún viejo Chevy, aplicábamos cera en el puente y temblábamos poniéndonos nuestros fríos y húmedos bañadores, sin darle ninguna importancia. Agarrábamos las tablas, nos colábamos por la gran puerta de la vieja pared de la mansión Whitney y aullábamos mientras desaparecíamos en el océano. Entonces éramos jóvenes y despreocupados. Era verano y el momento de la marejada sur.

Esta era fuerte, y el agua cálida. No nos importaba nada más. Decían que nos habíamos vuelto locos por la insolación, que éramos mendigos de playa que no servían para nada. No entendían nuestra obsesión. Nuestros padres decían que se nos había derretido el cerebro, que nos pasábamos el día en la playa para no tener que ir a trabajar. Pero se equivocaban. Lo que nos empujaba hacia el surf era la llamada del oeste en nuestra sangre.

No teníamos otra elección. Lanzarse al oeste era lo que los americanos hacían. Siempre iban hacia el oeste en busca de la aventura. Nuestras familias procedían del interior. Del este, del centro, algunas del sur e incluso de Canadá. Venían de las montañas y de las llanuras onduladas, de las planicies donde el viento traía aguanieve y polvo. Estaban cansados de sus trabajos, del tiempo, de la tierra y de la gente. Pero tenían a dónde escapar. Era su derecho, su herencia: eran americanos y estos siempre habían viajado hacia el oeste cuando las cosas se torcían. Hacia el oeste, hacia donde el sol se oculta y los hombres tienen la oportunidad de volver a empezar.

Así que vinieron a California porque no había nada más en medio y porque ésta siempre había sido una promesa de oro de una clase u otra. Habían oído hablar de las palmeras, de los campos de fruta siempre madura y de que nunca hacía frío en invierno. Y había trabajo. Muchos puestos de trabajo. ¡Oportunidades! Las empresas aeronáuticas necesitaban cada vez más personal y los bienes inmuebles estaban creando fortunas. ¡El dinero corría a raudales!

Se hacinaron en la costa de Santa Mónica, volvieron sobresus pasos hacia el grandioso valle de San Fernando y se desparramaron por el sur, hacia Long Beach. Construyeron “cientos de ciudades y miles de pueblos”. Les pusieron nombres como Tarzana, Pacoima, Norwalk, Anaheim, Ciudad de la Industria, Bellflower, Burbank, San Gabriel, Torrance, Pacific Palisades y Malibú.

Cuando acabaron de construir, fueron al mar para descubrir a qué habían venido y eso les inquietó. Por primera vez en su vida, estaban atrapados. Todavía podían ver ponerse el sol, rojo y cálido, dorado en el centro, pero había un océano de por medio. No había más sitios a los que ir. Habían llegado al final del continente que les habían hecho creer que era interminable. En la tierra ya no había nada nuevo. Los búfalos habían muerto, los indios estaban en las reservas y el oro de los ríos se había agotado. Hacía por lo menos cincuenta años que todo había terminado. Se lo habían llevado otros. Pero el país era rico y opulento. Había trabajo y oportunidades, cada vez más oportunidades. La vida era agradable en esos años y la gente trabajaba cuando quería y compraba televisores, coches, máquinas de cortar el césped y tenía hijos. Y la llamada del oeste les abandonó y se marchitó en los jardines donde crecía el césped. Si les preocupaba haber perdido la oportunidad de encontrar algo mejor, ya no les importaba. Fueron sus hijos los que se empezaron a sentir descontentos. Fuimos nosotros los que nos impacientamos. Nuestros padres eran demasiado viejos para recordar cómo se sintieron ellos en un momento dado, así que les parecía que nosotros éramos unos rebeldes y unas ovejas negras. Éramos fuertes, robustos, y la mayoría teníamos el pelo rubio y largas extremidades. Los fines de semana nos llevaban a la playa y nos quedábamos en la orilla mirando cómo el Pacífico se extendía ante nuestros ojos. El “corazón de las mareas de la tierra”. Ellos eran incapaces de entender nuestras miradas y por qué parecíamos tan inquietos. Decían: —¿A que es fabuloso?

Y nosotros nos limitábamos a mirar con fascinación las olas.

—¿Qué hay allí? —solíamos preguntar. Y ellos respondían que había tiburones. Blancos y makos, tigres y martillos. También había medusas gigantes y las llamadas “carabelas portuguesas”, cuya picadura podía llegar a matarte. Nos decían que el océano no era un lugar en el que se pudiera estar por mucho tiempo, pues no era seguro. Ir a pescar de vez en cuando estaba bien, siempre que te quedaras dentro de la barca. Y tampoco vayas muy lejos, ¡las olas son peligrosas! Nosotros contemplábamos la puesta de sol una y otra vez, y pensábamos en lo que habría allí dentro. La llamada del oeste se hizo cada vez más fuerte en nuestro interior y pensábamos en los lugares que había más allá: Oahu, Maui, Bora Bora, Atuana, Morea y Nueva Guinea. No podíamos dejar de pensar en nombres como Singapur, Nueva Zelanda y Australia y cuando volvíamos a la realidad, sentíamos la fuerza de esos lugares como un latido en las mareas, a través de la sangre que corría por las venas del gran Pacífico. En las olas. Estaba en las olas. A menudo, amenazaban a la misma tierra y eran más terribles que los tiburones. Latían y rugían y a veces desaparecían por completo. La oportunidad de hacer algo todavía existía en las olas. La violencia y la grandeza se encontraban a cuarenta o cincuenta metros hacia el oeste. Una fuerza inimaginable. Estaba en las olas. No teníamos elección. ¡Al mar con las tablas de surf! Así que buscamos por la costa y encontramos The Point, una playa salvaje en la que podíamos hacer lo que nos diera la gana. Recuerdo los fondos de algas oscuras, las rocas desfilando rápidamente bajo mis pies y los rizos blancos cerniéndose sobre mi cabeza. Los surfistas pasaban saludando con sus tablas multicolores contra el mar verde; la ola, las rocas, la costa, el cielo...

Todo parecía eterno y a la vez se esfumaba en un instante. Lo que mejor recuerdo son los tres amigos: Jack, Matt, Leroy. Ante todo era su historia, su lugar, su momento. Entonces ellos eran los Grandes, los Reyes, nuestras propias majestades. Y fue su último gran verano...

Billy Kemper se va de vacaciones a las Mentawai

- enero 04, 2023 - Comenta
3 BOARDS 3 VIBES  II   Mentawai Indonesia Short Film Featuring Big Wave Charger Billy Kemper

¿Qué hace un surfista profesional cuando quiere descansar? Pues eso, irse a surfear.


Billy Kemper decidió irse de viaje por diversión, sin retar otra vez a la muerte en alguna de las numerosas olas gigantes que rompen en este planeta.


El destino fue las Mentawais, Indonesia, y la forma de buscar las olas fue en barco. Al estar de vacaciones, al no tener que demostrar nada, Billy eligió algunas tablas de surf que normalmente no suele usar y así tener diferentes sensaciones.


Las tablas: Channel Bottom Single Fin, The Saint y S-4V, todas de Glenn 

Los inicios del surf en Mallorca

- diciembre 20, 2022 - Comenta
Empezo en los 80

Documental que recorre los inicios del surf en la isla de Mallorca en los años 80.


Hasta los años 80 el surf en Mallorca fue inexistente, y eso que en otras partes de España ya había surfistas veinte años antes.


Había una gran afición a la vela, al mar, se conocía toda la costa, pero a casi nadie se le había ocurrido que en Mallorca, una isla del Mediterráneo, las olas fueran lo suficientemente buenas para ser surfeadas.


Pero en los años 80, con la aparición del windsurf, la cosa cambió. Eran, básicamente, tablas de surf con una vela, así que cuando no tenían viento, se podían adaptar para divertirse entre las olas.


A partir de entonces, a mediados de los 80, ya aparecieron las primeras tablas de surf y se empezó a fraguar un pequeño grupo de surfistas que peregrinaban al norte de la isla durante el invierno.

VEIA, la nueva marca de John John Florence y Pyzel

- diciembre 14, 2022 - Comenta
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John John Florence se ha asociado con Pyzels y Dan McNamara, el CEO de Pyzel Surfboards, para iniciar una nueva marca llamada VEIA.

 

El objetivo de VEIA es hacerse con una parte del suculento mercado de accesorios de surf, ofreciendo fundas para tablas de surf, grips, invientos, y algo de ropa como camisas y gorros.

 

Con el lanzamiento de esta marca John John Florence cierra el círculo dado que hace no demasiado ya lanzó Florence Marine, que ofrece trajes de neopreno, chaquetas, bañadores y pantalones cortos.

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De esta forma deja de depender de DaKine, durante mucho tiempo patrocinador y proveedor de accesorios de surf para el hawaiano, y por tanto, se llevará una porción más grande de la tarta. 


Asegura Dan McNamara, que todos los productos han sido probados rigurosamente por el propio Florence. “John John es particular con los productos que usa”, dijo Dan McNamara a Shop Eat Surf. “Él los prueba más duro que nadie en las condiciones más duras imaginables, y viaja mucho. Todas sus ideas y comentarios realmente nos ayudan a hacer productos de calidad. Si funcionan para él, funcionarán para cualquiera”.


Tres tablas nuevas para Torren Martyn

- diciembre 05, 2022 - Comenta
Torren Martyn in conversation with surfboard shaper, Simon Jones - needessentials

En un point break pequeño y limpio con fondo de arena, Torren Martyn experimenta el placer de surfear con tres tablas de surf nuevas.


Hablando por teléfono con su amigo y maestro shaper y artesano de tablas de surf, Simon Jones, Torren comparte sus primeras impresiones de cada forma y celebra un perfecto día de otoño californiano en Rincon.

 

Tablas de surf - Simon Jones - https://www.morningoftheearthsurfboards.com/ 7'6" x 20” 3/8 x 2” 3/4 Fiji 6'9" x 19" 3/4 x 2" 11/16 Fiji 6 '6" x 19" 7/8 x 2" 3/4 OG Fiji

La clase de Ozzy Wrong en las olas de Byron Bay

- noviembre 21, 2022 - Comenta
Ozzy Wrong lefts in Byron

El multi-talentoso surfista, artista, diseñador, y músico Ozzy Wrong nos da una clase magistral de surfing en Byron Bay sobre tablas de surf extra cortas.


Las olas vuelven a Sunset Beach

- noviembre 20, 2022 - Comenta
Mason Ho Surfs Sunset Beach

Las olas finalmente hicieron acto de prensencia Hawai. Mason Ho, en compañía de Adam Crewford, decidieron pegarse un baño en un Sunset Beach potente para probar sus nuevas tablas de surf.

Un fin de semana con Parker Coffin

- septiembre 23, 2022 - Comenta
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Las cámaras de Wasted Talent siguieron durante un fin de semana al surfista del Championship Tour, Conner Coffin.

 

Había sido un largo tiempo en el camino a través de los Estados Unidos de América. Hawai; el puro libertinaje de Los Ángeles. Miedo y asco en el viejo Las Vegas.

Entonces, cuando Parker Coffin sugirió que nos detuviéramos en su ciudad natal de Santa Bárbara con un poco de oleaje en el horizonte, no pudimos pensar en un plan mejor. El norte de Los Ángeles, especialmente para los que no viven en California como nosotros, es una escena totalmente diferente. Leer: mucho más espacio abierto. Naturaleza. Belleza. Un sentido de comunidad. No es un show de mierda total. Sencillamente, un lugar encantador para estar tranquilo. Con una compañía excepcional, Parker es en cada centímetro el héroe de su ciudad natal, cuando lo paran por la calle, siempre se toma su tiempo para hablar con todos. Siempre asegurándose de que nuestro pequeño equipo se lo pasara bien. Dejando compromisos (su novia... y construyendo una casa) para mostrarnos los alrededores y surfear.

Bebimos cervezas en los muelles. Paramos en la fábrica de Channel Islands. Vi de primera mano la atención al detalle que Parker pone en sus tablas y se sintió honrado por la historia de la fábrica de tablas de surf más prestigiosa del mundo. Surfeamos como nerds con las viejas tablas de Andy, la primera Dumpster Diver y las CT de Kelly. Arrastramos a Emmawood, de mala educación no hacerlo. Habló de cómo cuando las olas son buenas, Rincón une a toda la comunidad de surf. Luego nos dirigimos al interior del país e hicimos senderismo, antes de regresar a la playa para montar a caballo en el pequeño Rincón, que, con una cerveza fría en la playa, era la forma más soñadora de pasar una puesta de sol.

Bebimos más cervezas en el centro de Ventura y nos sentamos en el parking de las gasolineras para comer la mejor comida mexicana que jamás hayamos probado, antes de aventurarnos hacia el norte, a una de las zonas más hermosas que jamás hayamos tenido el privilegio de presenciar. Pero algunos secretos simplemente no se pueden compartir...

Gil, Yoni, y el misterio de la funda mágica

- septiembre 17, 2022 - Comenta
THE MAGICAL MYSTERY CASE

Esta es la historia de dos sufistas anónimos, dos personas que sufren la rutina del agotamiento, los niños y el trabajo, y cuando pueden se van a surfear y solo encuentran chustas veraniegas. ¿Te suena?


Pero una noche, todo cambia cuando Gil y Yoni encuentran una funda para tablas de surf  mágico que los transporta a las magníficas olas de Indo. 

 

Aquí tienes 15 minutos de algunas de las olas más impresionantes que verás este verano.

Comienza mañana en Mallorca el Wipe Out Festival

- agosto 30, 2022 - Comenta
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Se celebrará el martes 30 de agosto en el Moll Vell y el miércoles 31 en el recinto del Mallorca Live Summer, el antiguo Aquapark.

 

Wipe Out es un festival de cine documental sobre surf y sostenibilidad, dirigido "a los que viven y aman el mar. Una propuesta cultural que convierte a la figura del surfero en testigo y altavoz del deterioro de nuestros mares para informar, concienciar y educar". 

 

 

El festival se estrenará con la emisión del cortometraje Vergüenza, dirigido y protagonizado por Garazi Sánchez, la noche del martes, con entrada gratuita en las escalinatas del edificio del mirador del Moll Vell. 


La jornada siguiente, ya de pago, se traslada al Mallorca Live, cuyo recinto se llenará de actividades y documentales por la tarde y hasta la medianoche. Uno de estos será La isla de los tigres, con Aritz Aranburu, Kepa Acero, Natxo González, y Garazi Sánchez, que participará en una charla sobre la relación de este deporte con la sostenibilidad y donde también intervendrán Surf Riders Foundation y Good Karma Projects.

Se emitirá también el documental Chasing Pellets, creado por Good Karma Projects,  que «muestra las expediciones que realiza la asociación creada por surfistas que se dedican a recoger microplásticos que las industrias vierten al mar»


Los documentales La isla de los tigres y Water get no enemy son más sociales. El primero relata la aventura de tres amigos en busca de la que podría ser la mejor ola del mundo, situada en una isla perdida en el desierto de Angola, y su relación con los lugareños; mientras que el segundo muestra el lento resurgimiento de Liberia 15 años después de la guerra que asoló el país y lo hace a través de la mirada de los surfistas Damien Castera y Arthur Bourbon, que tienen la oportunidad de conocer a un grupo de niños de la guerra que han cambiado los fusiles de asalto por tablas de surf. También se proyectará el corto Black moon, del reconocido cineasta Robert Serwood, que sigue al fotógrafo Trent Mitchell para acercar a los aficionados sus espectaculares imágenes sobre surf.


Además de audiovisuales, el festival tendrá música de la mano de Go Cactus, que actuará en la inauguración en el Moll Vell, y la banda de rock Hattori Hanzo Surf Experience, que subirá a escena al día siguiente en el recinto del Mallorca Live Summer. También habrá talleres de surf en seco para que los niños puedan aprender las nociones básicas, así como un mercadillo especializado .

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Consejos de seguridad en el surf

- julio 20, 2022 - Comenta
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Durante todo el año, y más en verano, conviene recordar algunos pequeños consejos de seguridad que, tanto los novatos como los más experimentados, deberán tener en cuenta para tener una sesión de surf sin sustos o complicaciones.

- Antes de entrar al agua deberás saber por dónde salir. La entrada puede ser más facil que la salida. Estudia la mejor forma de salir del agua, observa el mar. Si no conoces la playa no dudes en preguntar a otros surfistas sobre las características de la playa.

- Que la dificultad de las olas no te superen. Intenta que el nivel de las olas no esté muy por encima de tu surfing, te evitarás problemas. Siempre hay que asumir retos, pero que estos sean progresivos.

- Respeta la prioridad en la ola. La prioridad sobre la ola se tiene o no se tiene, nunca se obtiene. Disfruta de las vistas y el mar, mientras te llega tu turno.

- Nunca saltes una ola. Tanto por educación como por seguridad la norma dice "una ola una persona".

- Comparte la ola. Si la ola abre a derecha e izquierda, trata de compartirla.

- Que haya diálogo en el pico. No está de menos si ves a otra persona remando la ola decirle en qué dirección vas. Evitas accidentes y haces que el resto también pueda surfear.

- Haz amigos. Se educado y saluda a la gente que está en el pico al entrar al agua. No está de más el animar a alguien que va a pillar una ola (un "buenaaaaaa" es suficiente).

- Remonta al pico correctamente. Intenta alejarte de la zona de surfing cuando estás remontando al pico. Así no molestarás a nadie que esté surfeando y evitarás accidentes.

- Nunca remontes detrás de alguien. Si esa persona pierde la tabla te la comerás con patatas. Intenta remontar en paralelo y deja siempre una distancia de seguridad prudencial respecto a los demás surfistas.

- Una persona vale más que una ola. Si estás surfeando y te encuentras con alguien remontando intenta pasarle de forma segura. Si no estás completamente seguro de pasarle con seguridad por delante es mejor hacerlo por detrás de el. Es mejor perder una ola que crear un accidente.

- Nunca abandones tu tabla de surf. Las tablas de surf flotan más que los cuerpos humanos, y no se cansan.

- Nunca sueltes tu tabla de surf. Agarrándote a la tabla saldrás a la superficie antes que soltándola. Aunque siempre hay excepciones. Si la vas a soltar siempre deberás asegurarte que no hay nadie cerca de ti.

- Realiza un mantenimiento de tu tabla de surf. Cambia la cuerda que une la tabla de surf al invento regularmente. Te evitarás problemas. Los inventos también sufren el paso de los baños y del tiempo.

- Nunca olvides que fuiste novato. Es fácil olvidarse que uno fue novato alguna vez. Trata de ser benevolente con los errores de la gente que está aprendiendo y trata de dar algún consejo. Te lo agradecerán.

- Ayuda al que lo necesite. Si ves a alguien en apuros deja de surfear y vete a ayudarle.

- Mantén la calma. No hay cosa peor en el mar que ponerse nervioso en el agua. Si te lleva la corriente, detente a pensar un momento, y rema en paralelo a la playa hasta encontrar un pasillo por donde salir.

- No olvides que el objetivo del surf es pasarlo bien. Disfruta de las vistas, del mar, del agua, de la gente. El surf es mucho más que coger olas.

Surf y ambición: la bella y la bestia

- julio 20, 2022 - Comenta
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Iñigo Urdinaga, autor del libro "Surflaria eta Paradisua", firma un crítico artículo en Jot Down Magazine titulado "Surf y ambición: la bella y la bestia", una reflexión sobre el camino que ha tomado el surf a lo largo de los años, sobre todo en estos últimos.

Surf y ambición: la bella y la bestia

Por Iñigo Urdinaga

Hemingway amaba profundamente la mar (así, en femenino), pero las olas las disfrutaba como los toros, ya saben, desde la barrera. Y así, mientras el americano acompañaba a un equipo de Hollywood en busca de localizaciones para el rodaje de The Sun Also Rises (Fiesta), alguien sacó una tabla, se tiró al agua y se incorporó sobre las olas de Biarritz. Aquella mañana de 1956 fue la primera en la que un ser humano se deslizaba de pie sobre el Cantábrico. No han pasado tantas mareas desde entonces, pero los cambios han sido vertiginosos para un pasatiempo que nació en alguna remota isla polinesia y llegó hasta nuestra costa desde California. En el siglo XXI, el surf parece haber sido asimilado por la cultura del dinero; otra máquina más de crear postales pop.

Antes de seguir recordemos que, en esencia, el surf es simple y llanamente un gran placer. Los indígenas hawaianos lo disfrutaron durante más de cuatro siglos antes de que llegara el capitán Cook en 1778. «Aquellos salvajes de ambos sexos parecían vivir el más supremo placer mientras la mar los conducía rápida y suavemente», escribió su teniente en el cuaderno de bitácora. El mismísimo Jack London probó el surf en Hawái con cierto éxito y lo definió como «un deporte real para los reyes naturales de la tierra». Y es que la acción de surfear siempre transmite frescura, júbilo, entendimiento con la naturaleza y, sobre todo, libertad, o sensación de libertad. Los norteamericanos lo vieron enseguida: tras apropiarse de Hawái y del surf, lo explotaron a través de Hollywood en innumerables películas, e incluso lo emplearon en la guerra fría como arma de seducción ideológica; desde películas surferas proyectadas en Moscú hasta campeonatos en países asiáticos.

Cuando llegó al Cantábrico, el surf venía de ser contracultura en la California de los sesenta; era cosa de pijos y hippies porretas que no querían hacer la mili, y menos en Vietnam. Mostraban desdén por el trabajo y poca ambición materialista, pero soñaron con la posibilidad de vivir —o sobrevivir— de su pasión. Y no serían ni los primeros ni los últimos. A finales de los sesenta, Patxi Oliden, un artesano de traineras y remos, abrió en Orio el primer taller de fabricación de tablas de surf de la Península para hacer sus Itxas Tresna (‘herramientas de mar’). La costa vasca vio nacer los primeros campeonatos, tiendas, escuelas y revistas de surf. Todo eso atrajo mucha atención mediática pero también derribó estereotipos: para hacer surf no hacía falta ser rubio, ni ser hijo de papá; las olas buenas son en invierno, los Beach Boys no surfeaban y las drogas no eran imprescindibles. Tampoco había que irse hasta Hawái para coger olas gigantes. Ibon Amatriain descubrió y estrenó olas en el golfo de Bizkaia que parecían imposibles de surfear; Eneko Acero fue el primer surfista profesional de España y Aritz Aranburu es, hasta el momento, el primer y único surfista estatal en acceder al top mundial. Y aún hay unos cuantos más.

Entre olas y surfistas surgen más marcas locales, más tiendas, más escuelas y campeonatos. Dice el escritor Eduardo Illarregui que el País Vasco, con su franja costera de apenas ciento setenta y seis kilómetros, atesora una de las mayores concentraciones por metro cuadrado de surfistas de élite, shapers (fabricantes artesanos de tablas), artistas y empresarios relacionados con la industria del surfing del planeta. En tan solo seis décadas, el surf ha calado hondo en una sociedad volcada a la mar desde antiguo. Los vascos ya convirtieron la pesca de la ballena en la primera industria en la historia de América del Norte en el siglo XVI. En los tiempos de Instagram se trata de seguir explotando la mar a través de otros medios. Eso sí, no basta con coger olas colosales o hacer maniobras increíbles. También hay que demostrar flow en internet. Los surfistas profesionales y wannabes —aquellos que pretenden serlo— trabajan su personal branding; las grandes marcas y los medios venden la postal y el postureo, y todo el mundo quiere su foto.

Durante la primera década del siglo XX, el número de personas que practicaban surf se multiplicó dos veces por dos: en 2002 se calculaba que eran unos cinco millones en todo el mundo, y en 2010 ya eran veinte millones. La masificación se ha convertido en el gran problema del surf: cuanta más gente surfea, menor es el placer. Mundaka sigue bombeando olas de clase mundial, pero cada año son menos las posibilidades de hacerse allí un buen tubo. Las olas surfeables adecuadas son ya un recurso natural limitado y todas las playas comienzan a estar saturadas de surfistas compitiendo entre sí. Hasta la mar tiene sus límites, pero no importa: las olas artificiales amenazan con convertirse en fábricas de surfers principiantes. William Finnegan, surfista y premio Pulitzer 2016 por Barbarian Days (Años salvajes), fantasea con la idea de que algún día el surf pudiera pasar de moda. «Y cuando llegue ese día, tal vez millones de novatos dejen de surfear y dejen las olas a los surfistas recalcitrantes».

Hay en el País Vasco tanto cluster de surf, tantos cursos de marketing del surf, tantas empresas especializadas en turismo surf… Algunos surfistas creen que colegas suyos están vendiendo el alma al diablo. El surf ha perdido soul, está muriendo de éxito y quizá sea necesario imponer algunos límites también a la ambición humana. Cuando todo parecía perdido, en plena desnaturalización y con la industria tratando de centrar la narrativa del surf en los campeonatos, aparece en escena un viajero de Getxo con sus tablas bajo el brazo y una cámara para grabar y contar sus aventuras. Kepa Acero es hoy uno de los exploradores de olas más renombrados del globo, al que medios norteamericanos presentan como «la versión moderna de Vasco de Gama». Con sus viajes y vídeos ha recordado a todo el mundo que no todo son maniobras espectaculares y campeonatos. La industria quiere ídolos y fans, circo y más ventas, pero la competición en el surf no deja de ser algo impostado. Matt Warshaw, autor de The History of Surfing y The Encyclopedia of Surfing, recuerda que solo el dos por ciento de los surfistas participa en campeonatos, que el noventa y mucho por ciento de las competiciones son silly entertainment, y que los mejores momentos del surf suceden casi siempre lejos de los campeonatos.

Nos disponemos a entrar en un nuevo tiempo. Si el surf era puro disfrute y divertimiento, ya nos encontramos en otra fase: llega la era del postsurf. Cori Schumacher, tres veces campeona del mundo de tabla larga, defiende la necesidad de deconstruir, redefinir y reconstruir este pasatiempo venido a más, y propone comenzar por «desplazar del centro al surfista masculino competitivo profesional». Hoy gozamos de mejores tablas y trajes, predicciones marítimas precisas, vuelos más o menos económicos, etcétera, pero, como dice la socióloga Kristin Lawler, los surfistas viven «con un profundo sentimiento de paraíso perdido». Parece que los mejores tiempos para surfear ya se fueron, y no van a volver.

Nos queda la mar. El frío y duro invierno de la costa cantábrica, con sus marejadas y vientos del sur. Y nos queda la ambición, que es también bella y bestia. Ojalá sea para recuperar el equilibrio.

Ayer era demasiado pronto, hoy no

- mayo 11, 2022 - Comenta
sope viento olas
Después de tanto tiempo sin olas, una pequeña señal, un pequeño gesto del mar, hace saltar las alarmas.

La llegada de una marejada era inminente, pero ayer al mediodía todavía no tocaba. Aún así, la boya costera de Bilbao empezó a mostrar olas de más tamaño.

Abrazando la esperanza de alguna chusta, metí las tablas de surf en el maletero, donde esperaba el traje de surf (no así los chapines, que el agua ya está casi a 17ºC) y me dirigí a la playa.

Había saltado mucho viento del noroeste pero pensé que podría encontrar alguna esquinita donde hubiera algo. Nada. Todo era mar de viento. Las olas llegaban tumbadas y sin forma, una especie de espuma imposible de surfear.

Hoy, en cambio, el viento ha amainado y el tamaño de las olas ha aumentado. Es una marejada que viene muy del oeste, así que seguramente no subirá el mar tanto como se espera. Aún así tendremos por fin olas, de un metro más o menos, con vientos del noroeste al mediodía, pero en general serán buenas las condiciones para el surfing. Por fin.

Kolohe Andino, Margaret River, y el viaje a la ferretería

- mayo 04, 2022 - Comenta
Los mejores surfistas suelen tener a los mejores shapers a sus servicios para ofrecerles una amplia gama de tablas de surf diseñadas específicamente para cada prueba del CT. Y aún así hay veces que no aciertan.

En su manga de tercera ronda contra Jackson Baker, Kolhe Andino pegó a su 6'4" unas planchas de metal para agregar peso extra y adaptarse mejor a las condiciones de las olas de Main Break.

Según el estadounidense, durante un día de entrenamiento, su padre Dino Andino y Taj Burrow sugirieron que su tabla era demasiado ligera para las duras condiciones de Margaret.

Kolohe se preguntó cómo resolver el problema. Fui a una ferretería y compré uns plaquitas de metal y las pegué la tabla de surf. La solución añadió unos gramos al equipo, lo que fue suficiente para que Kolohe estuviera contento y pasara su manga.

“Mi tabla no funcionaba, era pequeña, un 6'4. Era muy ligera”, dice Kolohe. “Y mi padre dijo que necesitaba poner peso en las maniobras para soltar más spray. Pensé: 'Está bien, engordemos un poco', dijo el estadounidense riéndose. "No puedo creer que realmente lo hayas hecho eso", dijo Taj en tono de broma después de la entrevista de la victoria.

Tom Carroll y la Myconaut

- mayo 04, 2022 - Comenta
What's Going On? Tom Carrol x Christenson Myconaut
A sus 60 años, el dos veces campeón del mundo sigue teniendo la misma curiosidad por las tablas de surf que cuando era joven. Esta vez prueba el nuevo quad 5'1" 'Myconaut' de Chris Christenson con unas FCS 2 ’Split keel'.

El Color del Invierno - Rob Machado en estado puro

- abril 22, 2022 - Comenta
The Color of Winter: A Film by Rob Machado and Pat Stacy
Filmada durante las últimas cinco temporadas de invierno, “The Color of Winter” es una película centrada en las vida de Rob Machado en la costa de San Diego durante las icónicas North Swell Seasons de California de noviembre a marzo.

Desde el diseño de tablas de surf hasta el surf diario, esta película, aseguran, es un vistazo al proceso de investigación y desarrollo detrás de la marca epónima Rob Machado Surfboards de Rob y su asociación de siete años con Firewire Surfboards para refinar, producir y distribuir los diseños de tablas de surf de Rob a nivel mundial.

“Al principio, esta película comenzó porque yo quería aprender sobre películas”, ha declarado Pat Stacy, describiendo su carrera anterior como fotógrafo de surf como “un enfoque en imágenes fijas que hoy en día está en transición a imágenes en movimiento con video y películas”.

Con respecto a su intención específica con El color del invierno, Pat explica que “La idea en realidad, la intención, era mostrar que solo dejar la tabla de surf en el coche e ir a surfear a tu olaes una bendición. Quería mostrar que si eso es parte de tu vida, eres muy afortunado”.

Fallece el conocido shaper Zulmar Leão

- marzo 09, 2022 - Comenta
Zulmar Leao

El shaper y surfista brasileño Zulmar Leão, muy conocido en el País Vasco donde trabajó para Eukaliptus falleció ayer en Santa Catarina a los 64 años.

Considerado uno de los primeros shapers de Santa Catarina, Zulmar Leão nos dejó este martes a los 64 años, debido a un problema de salud que venía enfrentando en los últimos años.

Zulmar comenzó a shapear profesionalmente en 1980 y, a lo largo de los años, ha producido cerca de 40.000 tablas de surf en Brasil y en el exterior.

Pasó muchas temporadas en Euskadi, shapeando sobre todo para la marca Eukaliptus.

Roban dos tablas de surf a Leti Canales - Encontradas

- febrero 20, 2022 - Comenta
leticia tablas robadas 01
Las surfistas vizcaína hizo un llamamiento en las redes sociales para intentar recuperar sus tablas de surf, robadas la noche del sábado, y ha dado resultado. Ya las ha encontrado.

"En tres semanas tengo la primera competición internacional y no tengo material, ha declarado en Instagram la surfista de Sopela.

Se trata de dos tablas de surf Sementes, una 5’8 cola squash, y otra 5’9 cola round.

Son tablas tan específicas serán muy complicadas venderlas. De todas formas, si las véis en Wallapop, Facebook, etc. no dudéis en poneros en contacto directamente con Leti.
leticia tablas robadas 02
Con la tecnología de Blogger.