Asher Pacey, Josh Kerr y Matt Parker protagonizan este vídeo que ensalza el arte del diseño de tablas de surf.

“La tabla de surf es una mezcla constante de curvas y cómo interactúan con el agua. Hacer que esas curvas se sientan cómodas, como una extensión de tus pies y tu mente, es muy interesante... No debería haber ninguna regla sobre el aspecto de una tabla de surf”, reflesciona Mate Parker.

Matt Parker comenzó a diseñar tablas de la forma en que lo hacen la mayoría de los shapers de tablas de surf: en un garaje del sur de California, en 2001. Habiendo desarrollado una apreciación por el patrón, la forma y el color a través de una formación en bellas artes y diseño gráfico, comenzó a aplicar este lenguaje visual a a espuma de poliester y la resina, tratando cada tabla de surf como un lienzo en blanco. La funcionalidad de sus diversos modelos de tablas es el resultado de constante prueba y error, colaboraciones continuas con algunos de los mejores surfistas del mundo y el simple amor por estar en el agua.

PolySun es la nueva película de Jack Coleman, en la que muestra el surfing alternativo, otra forma de practicar este deporte quizá algo más alejado de los estándares que marca la industria del surfing.

Filmada en el transcurso de cinco años en lugares como el Sur de California o en Baja, POLYSUN sigue las líneas únicas de Joey Bookout, dentro y fuera del agua. Joey trabaja en una tienda de surf y shapea aquí y allá, y parece tener siempre un poco de resina en sus manos mientras monta todo tipo de tablas de surf en todo tipo de condiciones. Nunca se sabe con certeza qué es lo que hará a continuación y, al parecer, Joey tampoco. Todo es improvisación.

Otra parte importante de la película es la música.Ambientada en el disco homónimo de Relatively Clean Rivers de 1975

Como lo describe Richie Unterberger, "En general, el álbum casi da la impresión de documentar las brasas moribundas de una banda de hippies que ha encontrado refugio en uno de los últimos lugares seguros para las almas con esa mentalidad, aferrándose a su credo como su especie aguarda la extinción próxima ”, dice Coleman. "

La banda nunca se abrió paso en la corriente principal, pero sí, pensé que tenía una gran sensación como la fuerza impulsora del sonido de POLYSUN".

Este chaval de Newport Beach, California, descarado y radical, tanto dentro como fuera del agua, el surfista de los guantes, fue el ídolo de varias generaciones de surfistas.

 

Como otros grandes de su época, o era adorado o era odiado.

 

Collins provenía de una familia de surfistas. Su padre era shaper (Wave Tools Surfboards) y se crió viendole a el y otros cómo construían tablas de surf.

 

No extrañó a nadie que a los 11 años ya se hubiera hecho una para el. Pero no fue haciendo tablas de surf lo que le hizo saltar a la fama, si no surfeándolas.

 

El colegio no era una opción para el y a los 14 años lo dejo todo para volverse profesional del surfing. Eran los 80.

 

Richie era diferente. Hizo muchas cosas de manera diferente al resto que, junto con su forma de ser, definitivamente lo hicieron destacar un poco más que el profesional medio en ese momento. Y además tenía un apodo genial: Skeletor.

 

Richie era ruidoso y franco, lo que respaldaba con su apariencia dentro y fuera del agua. 

 

A los medios de comunicación les encantó su enfoque radical del surf competitivo, y Richie fue uno de los líderes que impulsó el deporte a finales de los 80 y principios de los 90. 

 

La innovación fue la clave de gran parte del éxito de Richie, tanto por su experiencia creando tablas, como en la competición.

 

Era un momento en el que el surf profesional se trataba de ordeñarlo hasta la última gota, Richie ofrecía aéreos, grandes floaters, y cut baks más que verticales en cada manga.

 

Los aéreos y los floaters pueden no parecer gran cosa ahora en el CT, pero en aquello días eran pocos los elegidos que podían hacerlo.

 

Pasó tres años entre los diez primeros en el CT, y luego derrotaría a Tom Curren en la final en el Op Pro de 1989 en Huntington Beach, así como a Martin Potter en el Bells Beach Classic de 1992, incluso después de tener que salir del agua diez minutos antes del final debido a un nervio pinzado en la espalda. 

 

Aunque tan solo había tenido unos cuantos momentos estelares y mucha exposición a los medios durante su tiempo como un profesional, parecía que su tiempo como surfista profesional se estaba agotando. 

 

En 1993 no obtuvo grandes resultados. A final de año su abuela murio, y su abuelo estaba muy enfermo con cáncer. No podía pensar en el tour y decidió no terminar el año en Hawai y pasar tiempo con su abuelo, que meses después también fallecería.

Cuando comenzó 1994 fue muy duro. Ya no estaba en el WCT, pero tenia el nuevo patrocinio de Town & Country. Con su apoyo consiguió volver a la máxima competición del surfing profesional

 

Al año siguiente no hizo una buena temporada y termino en el puesto 40 . Al año siguiente en el 1996, sus patrocinadores le habían dejado una vez más. ¿Por qué?

 

A Richie le persiguieron los conflictos, tanto dentro como fuera del agua, durante algunos años. Pese a que no soportaba la cerveza y el humo de los cigarrillos, y era, a su manera, profundamente religioso, el surfista de los guantes se metía en peleas continuamente.

 

En 1988, después de un baño en 54th Street, Newport Beach, cuando se disponía a quitarse el traje, un hombre le atacó por la espalda. Había tenido un altercado en el agua después de saltarle una ola seis semanas antes.

Collins aseguró que tenía intención de disculparse, pero tardó demasiado. No tuvo oportunidad, y cuando el atacante terminó, la cara de Collins estaba destrozada. Pasó 3 horas en el hospital, recibiendo 75 puntos en la cara, includido su labio.

Ahora, Collings vive una vida mucho más tranquila, no muy lejos de donde aprendió a surfear.

Tom Morey estaba buscando una forma de sellar un trozo de espuma de poliuretano para crear una mini tabla para surfear olas, una idea era usar trozos de tablas de surf viejas que le permitieran montar olas sobre su vientre, maniobrando a través de las olas rapidez.

El nativo de Laguna Beach, que vivía en Hawai en ese momento, encontró un periódico impermeabilizado con fecha del 7 de julio de 1971 en la basura. Pasó una plancha caliente por el papel para impermeabilizar la tabla, poniendo un sello final y marcando el momento en que nació el Boogie Board.

Había que probarlo, claro, y el fue el primero. En un día de olas de un metro, Morey se puso las aletas de natación y remó hacia el pico para probar la pequeña tabla de espuma escondida debajo de su cuerpo.

“Con esto, puedes sentir la forma de la ola. Elijo mi primera ola y me balanceo y despego. Me dirijo hacia abajo. Lo dirijo hacia la derecha ”, recordó en una entrevista de 2019. "Simplemente sigue recto".

En la siguiente ola, descubrió cómo girar.

"Puedo sentir la succión y saco mis piernas y aletas del agua", describió. "Estoy aprendiendo a utilizar esta cosa maravillosa que las tablas de surf no tienen ...".

Era diferente a surfear las tradicionales tablas de surf grandes. Descubrió cómo maniobrar con la ola.

“Son sensaciones maravillosas”, recordó. "Sin nadie con quien compartirlo".

Todavía recuerda el hermoso clima ese día que nació el Boogie y cómo uno a uno los surfistas salieron del agua mientras bajaba la marea, sus aletas en peligro de golpear las rocas poco profundas.

"Puedo surfear en un palmo de agua", dijo Morey.

"Qué momento".

Después de una de sus únicas sesiones de Boogie, un hombre se le acercó y preguntó: “¿Cómo puedo comprar uno de estos? ¿Quieres vender uno? "

Morey propuso un precio en el acto. “Diez dólares” le dijo al hombre, haciendo su primera venta.

Fue la semilla de un deporte que mueve a cientos de miles de personas en todo el mundo. 

Al principio, la tabla se llamaba SNAKE, un acrónimo de "Side, Navel, Arm, Knee and Elbow", pero Morey aprendió rápidamente que el nombre hacía que la gente desconfiara, por lo que siguió siendo el Boogie Board, después de su amor por la música blues.

Morey publicó un anuncio en la revista Surfer. El precio de una tabla era de 37 dólares, porque tenía 37 años.

Recibió tres pedidos cuando salió el primer anuncio, lo suficiente para invertir ese dinero en la fabricación de más tablas.

A mediados de los 70 consiguió la suficiente financianción para abrir su fábrica de tablas de Boogie board.

Cuando fue a vender las tablas en las tiendas de surf, fue recibido con frialdad. Entonces se le ocurrió la idea de viajar a las playas de todo el país con 30 tablas y banderas para ponerlas en la arena.

Los niños se reunieron alrededor, todos queriendo probarlo. Cuando terminaron sus turnos y suplicaron a sus padres que compraran uno, los enviaría a las tiendas de surf más cercanas, asegurándose de que los dueños de las tiendas querrían tenerlos en su stock.

Morey vendió el Boogie Board y la marca comercial en 1977. Hoy en día, es propiedad de Wham O, que produce en masa las tablas y las vende a grandes minoristas de todo el mundo. La empresa es propietaria de la marca registrada, incluido el nombre de Tom Morey, por lo que las tablas similares deben llamarse "bodyboard" y no Boogie Board.

 

Morey dio un nuevo paso para la evolución y expansión del surf colaborando con la firma Catch Surf de San Clemente, que trabajaba en el desarrollo de tablas de surf blandas, los crochopanes, tablas que inundan en la actualidad las playas y son la herramienta fundamental de las escuelas de surf.

Morey debía haberse hecho rico, pero no fue así. Llegó a la senectud sin apenas dinero para pagar el alguiler de la casa y ciego. Había invertido todo el dinero en desarrollar nuevos inventos. Era una especie de Thomas Edison o Alexander Graham Bell.

No hay que olvidar que durante años trabajó como ingeniero en una compañía aeroespacial. Fue gracias a este trabajo por lo que pudo acceder a nuevos materiales y utilizó sus conocimientos para innovar en el plano del surf

Su amigos organizaron una recaudación de fondos para ofrecerle un final decente. Lo tuvo.

Descanse en paz.

El hawaiano intenta responder a la pregunta que todo surfistas se ha hecho durante toda la vida.

John John Florence y Vince Long, fundador de Future Fins, incorporan en las tablas de surf algunos diseños antiguos de comienzos del milenio en las tablas mientras John busca probar nuevos equipos en olas pequeñas.

Casi sin aviso el mar subió lo suficiente para pegarse un baño y quitar (parcialmente) el mono de surfing.

 

Coincidió que eran mareas vivas, y además pleamar, que junto con olas pequeñas provocó una exagerada concentración de surfistas ávidos por echarse a los pies cualquier chusta.

Los que llevaban más volumen en sus tablas de surf fueron los claros ganadores ante la escasa fuerza de las olas. Aun así, todos los que entraron al agua pudieron pillar algo.

Anochecía cuando recogí los bártulos de la playa en dirección al coche. Amenazaba tormenta. Mirando hacia el oeste se veían algunos rayos aparecer momentáneamente, mientras que una cortina de lluvia iba barriendo de izquierda a derecha todo el rojo horizonte.

Incluso ya sin luz, todavía quedaba un grupo bastante grande en el agua.

¿Habrá olas hoy? Parece que todavía algo podemos tener.  Parece que el mini swell todavía podría aguantar hasta mañana a la tarde. Suerte y feliz fin de semana.

Cuando los casos de coronavirus comenzaron a aumentar este verano, el estado se confinó y se prohibió el surf.

La casualidad hizo que juesto en ese momento llegara una de las mejores marejadas de los últimos meses a Puerto Escondido así que fueron muchos los que se arriesgaron a entrar a la agua pese a la prohibición.

Las fuerzas del orden patrullaban la playa, confiscando las largas y caras tablas de surf a los más despistados, incluso hubo algún arresto.

Ahora ya levantado el confinamiento, los chicos de SoCal Surfer nos muestran algunas imágenes que nos recuerdan cómo fueron esos días.

La Federación de Surf de Costa Rica ha solicitado a los diputados del país para establecer un proyecto de ley para imponer un impuesto de 1 dolar por cada tabla de surf que entre al país.

El objetivo es que esos recursos se dirijan tanto al financiamiento de atletas, como a la Cruz Roja Costarricense para capacitar guardavidas, así como al Instituto Costarricense de Turismo (ICT) para fomentar el turismo del surf.


Los representantes del surf en Costa Rica han solicitado a la Comisión Permanente Especial de Turismo, que los apoyen y ayuden a redactar un proyecto de ley por medio del cual se cobre un impuesto de un dolar por cada tabla de surf que entre al  país.

La propuesta pretende que los recursos generados por esta nueva recaudación, que será pagado por los turistas, se distribuyan entre el Instituto Costarricense de Turismo, ICT, Cruz Roja Costarricense y la Federación de Surf para incentivar la práctica de este deporte y ayudar a quienes lo practican.

Los dirigentes del surf costaricense indicaron que se estima que un 16 por ciento de los turistas que llegan al país centroamericano, lo hicieron con el propósito de la práctica de este deporte y portan hasta tres tablas de surfing, cada uno de ellos.

El surfista Carlos “Cali” Muñoz,  aseguró  que en el país hay mucho talento pero  que lamentablemente no hay tantos recursos para que más niños y jóvenes puedan ser atletas de alto rendimiento.

Los surfistas que se saltan la prohibición para surfear en un Puerto Escondido que no para de generar olas perfectas, se arriesgan a una multa, al decomiso de sus tablas de surf, en incluso a la carcel durante 36 horas.

Las playas de Puerto Escondido, Oaxaca, permanecerán cerradas durante los próximos 15 días por disposición municipal debido a un rebrote de contagios de covid-19 en este punto de la región.

Por orden del cabildo de Santa María Colotepec se acordonó: Puerto Piedra, Bahía Principal, Playa Marinero, Playa Zicatela, Punta Zicatela y hasta el Puertecito,

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El cierre de la zona de playa estará en vigor del 1 al 15 de agosto, sin excepción, y a los infractores se les sancionará con una falta administrativa.

Las sanciones van desde una multa económica, trabajo comunitario, carcel durante 36 horas, o bien, seguirá un proceso legal y administrativo por poner en riesgo la salud y la vida de los ciudadanos.

Aún así, han sido muchos los surfistas que han hecho oídos sordos al cierre de las playas y se han arriesgado a la sanción por poder surfear las olas perfectas que estos días han roto en la zona de Oaxaca.

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Coco Nogales, renombrado surfista local, asegura que la medida era lógica dado que la situación estaba fuera de control, y llama a la responsabilidad de locales y visitantes. "La gente viene a Puerto Escondido pensando que aquí no pasa nada", ha asegurado en una publicación en Instagram. "La gente no sabe comportarse".

Cuenta la historia de un argentino que se había infectado y aún así había ido a la compra al mercado local sin mascarilla. "No se como se llama, pero se que es argentino y lo patrocina Volcom. Imagino que ya sabéis de quién se trata".

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Familiares, amigos y aficionados al surfing quisieron brindar una emotiva despedida en Xàbia a Óscar Serra, que falleció el 17 de julio en México al golpearse en la cabeza contra el fondo al caer en una ola en la playa de Zicatela, en Puerto Escondido.

Ataviados con camisetas blancas y colgantes de flores, fueron muchas las personas que se lanzaron con sus tablas de surf al agua para despedirse por última vez de Oscar.

Entre las rocas, una placa en memoria de Óscar, transmite este mensaje: "Mi ola será tu ola. Gracias por enseñarnos la forma más pura de vivir".

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Antes de su retirada del surfing profesional, Julian Wilson lo dará todo por llegar a lo más alto en Tokio 2020 y para ello ha sido muy cuidadoso a la hora de elegir sus tablas de surf.

El surfista de 32 años llevará en sus tablas las huellas de las manos y pies de sus hijos para darle aún más fuerza.