Muere un surfista en Santa Cruz tras el ataque de un tiburón
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Adrien Toyon vuelve a casa
Primer rescate de bañistas con un dron
Isla Reunión prohibe el surfing
Trajes de surf anti tiburones
Nadando junto a un tiburón blanco
Pocas son las personas que no sientan temor al ver un tiburón, y más si es un tiburón blanco. La televisión y el cine nos han hecho creer que los tiburones son asesinos implacables, siempre en busca de otro humano flotando en la superficie del mar.
Pero Ocean Ramsey, una joven submarinista, está habituada a nadar entre ellos sin que le hagan daño alguno. Aquí la vemos nadando con un tiburón blanco, una especie de peligro de extinción, para demostrar que esta especie no es tan fiera como la gente dice. Incluso pudo tocarlo sin que hubiera una sola reacción violenta por parte del escualo.
Pero Ocean Ramsey, una joven submarinista, está habituada a nadar entre ellos sin que le hagan daño alguno. Aquí la vemos nadando con un tiburón blanco, una especie de peligro de extinción, para demostrar que esta especie no es tan fiera como la gente dice. Incluso pudo tocarlo sin que hubiera una sola reacción violenta por parte del escualo.
Pedra Branca
En octubre del 2008 un pescador reveló el lugar exacto donde rompía una ola gigantesca y mutante a 100 metros de la costa, en una isla a 60 kilómetros de Tasmania. Hasta entonces la ola solo la conocían un puñado de personas que obsesionados con surfearla, estuvieron siguiendo los partes meteorológicos durante un año y medio esperando el momento perfecto.
Surf y tiburones
Desde el comienzo de los tiempos, el hombre ha tenido miedo al tiburón. Acostumbrados a ser nosotros los depredadores, a dominar todo lo que nos rodea, el hecho que un "pez" pueda convertirnos en su presa inquieta mucho. Más aún a los surfistas, que pasamos mucho tiempo en el agua.
Si además le sumamos la mitificación y exageración de los ataques de tiburones en películas, noticias y telediarios, la inquietud pasa al miedo e incluso al pánico.
El documental sudafricano Surfing and Sharks, acostumbrados como nadie a convivir con los escualos, trata de explicar la relación entre los surfistas y los tiburones en aquel país, sobre todo en la zona entre Ciudad del Cabo y Durban, un área con una gran cantidad de especies de tiburones, incluyendo cinco potencialmente peligrosas.
Andrew, un chaval de quince años, hijo de un pescador local, el único joven al que se le permite surfear durante la migración de las sardinas, Lungani, que proviene de un pueblo en donde se ha temido al mar desde siempre, y Avuyile, un lugareño de 16 años que vive cerca de donde se han producido muchos ataques de tiburones, incluido el de su hermana pequeña y el de algunos amigos, serán los protagonistas de esta cinta, que intenta separar el grano de paja, la realidad del mito, y darnos una imagen real de lo que es la convivencia de los surfistas con los tiburones.
Más información: Surfing and Sharks
Una sobre espiritu de superación, otra sobre instinto de supervivencia
Supervivencia o superación. Una es instintiva, innata, animal, la otra voluntaria, humana.
Un californiano, Bill Laity, batió el pasado miércoles el Guinness World Record de número de horas consecutivas surfeando. Se pasó 26 horas surfeando en aguas de Huntington Beach para coger 147 olas. Haciendo un rápido cálculo, el tiempo que pasó surfeando para batir el record es lo que me paso yo en el agua en un buen mes.
Quemaduras, hipotermia, tiburones, dolores musculares, sueño, rozaduras por todo el traje. A todo eso se enfrentó el californiano, una gran prueba de espíritu de superación. No tenía por qué hacerlo pero quería conocer cuales eran sus límites, hasta dónde podía aguantar. ¿Es un acto estúpido o una proeza?
En el otro lado tenemos a tres críos, de entre 14 y 15 años, que el pasado 5 de octubre trataron de cruzar con una barquita a motor desde una isla a otra en el archipiélago de Tokelau, Nueva Zelanda. El motor ser les rompió a medio camino quedando a merced de las corrientes. Recorrieron 1.300 kilómetros durante 50 días, en los que solo se alimentaron de agua de lluvia y una gaviota que consiguieron cazar, hasta que un barco atunero les rescató cerca de Fiji. Se les había dado ya por muertos hacía tiempo, hasta se les hizo un funeral en su pueblo natal.
A eso se le llama instinto de supervivencia. Pero se supone que el instinto de supervivencia viene inherente a cualquier ser vivo: luchar por no morir.
Estado en el que quedó Bill Laity después de 26 horas seguidas surfeando
Estado en el que quedaron los tres adolescentes y su lancha después de pasar 50 días a la deriva.
Encuentros en la tercera fase
Chuck Patterson (San Onofre, California): "El día anterior a grabar este vídeo, estaba remando con mi SUP junto con varios amigos cuando dos tiburones estuvieron nadando en círculos alrededor de nosotros durante unos quince minutos.
Sea of Darkness gana el Amstel Surfilm Festival
Un grupo de surfistas en los años 70 que para financiar su adición al surfing se meten en el tráfico de drogas. Este es el argumento de la película ganadora del Premio del Jurado al Mejor Largometraje del Amstel Surfilm Festibal.
Una pena no haber podido ir este fin de semana al festival, y eso que lo tenía todo preparado, pero el cutre baño del viernes me dejó sin poder mover el cuello y en consecuencia, sin poder conducir. ¡Tenía que haber estirado!
Aparte de haberme perdido Sea of Darkness también me perdí el concurso de cortos en el que el premio del jurado fue para 'Birthright', del estadounidense Sean Mullens, una emocionante historia sobre el amor de un hombre minusválido hacia el mar.
Puri deitzen diote, una extraña historia sobre Puri, una jubilada surfista, se llevó el premio al mejor cortometraje medioambiental.
El Murero Comun, una historia contada a modo documental de Rodriguez de la Fuente, sobre una tribu urbana que habita a lo largo del muro de la playa donostiarra de La Zurriola se llevó el premio al mejor corto local.
Revenge - Mendekua, un corto de tiburones y locales, filmado en 35 mm, se hizo con el premio al mejor corto en euskera.
Por último, Rio Breaks, el surfing en las fabelas, se llevó el premio especial del jurado en la sección oficial de largometrajes.
Habrá que esperar otro año más.
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