El peor baño del año

Y mira que me he pegado baños malos este año, peor el de ayer se lleva la palma.

No toda la culpa la tiene el mar, o la playa. Lo de ayer fue un conjunto de malas decisiones, prisas, y malos fondos.

Iba justo de tiempo. Tenía tiempo suficiente para cambiarme rápido y tirar para el agua casi sin mirar dónde, pillar unas olas y salir prácticamente de noche. Al ansia viva del momento se sumó el saber que no podía surfear el fin de semana, así que había que entrar sí o sí.

Descarté un par de sitios por su lejanía. Había que ahorrar tiempo para dedicárselo al surfing. Primer error de la tarde.

Elegí una pequeña orillera, lo que quedaba después de que las olas rompieran donde Cristo perdió las chancletas, se volvieran a formar y rompieran otra vez con dos palmos de agua. Segundo error de la tarde.

Lo intenté varias veces con poco éxito. La mejor ola fue un recto en el que conseguí mantener la verticalidad en la bajada. Viendo que no mejoraba, remé en busca de algún sitio que pintará algo mejor. Tercer error. No lo encontré, y tras varias idas y venidas, volví al mismo lugar para salir del agua con lo primero que vino.

La vuelta al coche se hizo dura, se nota ya el frío en los pies. Es uno de los signos más evidentes de que el invierno se acerca.

Ahora llega el fin de semana con buenas previsiones. Habrá olas cercanas a los tres cuartos de metro sin apenas viento, periodos altos y mareas vivas. Disfrutad.