Canggu es el sitio de moda de Bali, el paraiso yoguis, nómadas digitales e influencers, y también de surfistas, porque ahí las olas son realmente buenas.

Hasta hace unos años, Canggu, un pequeño pueblo situado en el sur de la isla de Bali, era territorio solo conocido por algunos surfistas, un lugar tranquilo donde huir del masificado y turístico Kuta, alejado del popular Ubud y donde relajarse tras coger algunas de las mejores olas de Indonesia .

Hoy, el ambiente surfero aún permanece, aunque en los últimos tiempos ha visto cómo sus surfcamps, ubicados entre templos hinduistas y arrozales, han sido invadidos por villas, cafés, tiendas, estudios de tatuajes, grafitis y restaurantes, y la tranquilidad convertida en ruidosa multitud.

Esta es una situación que ya hemos visto otras veces. Bradley Masters, surfista desde los 8 años, fotógrafo desde los 16, sigue postrado en una cama de Kuta, Bali, víctima de la mala suerte.

Mientras muchos del los participantes del CT ya están en Hawai preparándose para el Pipe Pro, Kelly Slater continua disfrutando de su retiro en Bali.

El Gobierno indonesio ha confirmado la apertura de sus fronteras al turismo internacional a partir del próximo 11 de septiembre.

Primero Uluwatu, luego Padang-Padang y Kuta Beach, y ahora Batu Bolong. Algunos de los principales lugares para surfear se han cerrado tanto a locales como turistas.