Un agradable baño pese a las olas

Ayer debía ser el día. El mar bajaba lo suficiente para un baño sin sobresaltos y el viento sur iba a ordenar aún más las series de tres cuartos que llegaban a la playa.

Con el cielo despejado, sin nubes en el horizonte, y unos agradables 22ºC en pleno febrero, ni miré cómo estaban rompiendo las olas. Casi se iba a disfrutar del baño con buenas o malas olas. Casi.

Salvo en puntos muy concretos, donde algún pequeño grupo se apelotonaba, la playa estaba semi vacía. El punto de marea bueno había sido hace rato y ya muchos se retiraban.

Sin haber visto cómo rompían las olas, mi estrategia fue la de prueba y error. Entrar por una esquina de la playa e ir avanzando hasta encontrar una ola poco poblada y que abriera algo. Con poco me conformaba.

Me gustaría afirmar que la encontré, pero no fue así. Remé sin prisas de un extremo al otro pillando olas por el camino y descubrí mucho cerrote y poca ola buena, y aún así lo pasé bien. Ojala se pudiera repetir hoy, pero con mejores olas.

El tema es que hoy ha subido mucho el mar. Una nueva marejada nos está dejando olas pasaditas para las playas más abiertas. Llega, como casi todos los swells últimamente, totalmente orientada del oeste, y con periodos de 18 segundos.

No está claro todavía qué tamaño tendremos, porque cuando llegan tan del oeste, las boyas tienden a marcar más de lo que llega realmente, pero está claro que habrá que buscar alternativas. Sol, calor, y buen tiempo. Carpe Diem.